La flota de submarinos de ataque nuclear de Estados Unidos se ha complementado con el Razorback, un vehículo submarino no tripulado (UUV) capaz de lanzar y recuperar torpedos a través de un tubo lanzatorpedos. Estos UUV utilizan sus propios sistemas de sonar para poder detectar y buscar silenciosamente barcos y submarinos enemigos.
Según el US Naval Institute News (USNI), equipar submarinos con UUV es muy necesario, pero no es fácil resolver los problemas técnicos a la hora de desplegarlos. Entre ellos, el proceso de recuperación del UUV a la nave nodriza es el más complicado. Anteriormente, este trabajo requería el uso de buzos y diques secos (DDS), módulos con forma de joroba que permiten el acceso submarino a los submarinos. Sin embargo, solo un puñado de submarinos de la flota pueden transportar DDS, lo que limita las capacidades de despliegue del Razorback.
Cambiando la guerra submarina
Este problema ahora se ha solucionado, ya que el Razorback puede regresar al interior del mismo modo que salió, a través de un tubo lanzatorpedos. Esta operación puede realizarse incluso mientras el submarino está en movimiento.
El Razorback fue construido por Huntington Ingalls Industries (HII), una empresa que se especializa en la construcción de submarinos, portaaviones y buques de guerra anfibios. Se trata de un vehículo submarino no tripulado (MUUV) mediano, diseñado siguiendo el modelo del HII REMUS 600, un modelo UUV capaz de sumergirse a una profundidad de 600 metros y funcionar de forma autónoma hasta 24 horas.
A partir de 2022, la Armada de los EE. UU. tiene una flota de 71 submarinos de varios tipos, incluidos 53 submarinos de ataque de clase Los Ángeles, Seawolf y Virginia, 14 submarinos de misiles balísticos con armas nucleares de clase Ohio y cuatro submarinos de misiles guiados de clase Ohio convertidos. Todos los submarinos están equipados con tubos de torpedos estándar de 533 mm (21 pulgadas) de diámetro, un tamaño adecuado para los nuevos drones Razorback.
Cada tipo de submarino tendrá una forma diferente de utilizar el Razorback. Por ejemplo, los submarinos de ataque podrían ocultarse y lanzar silenciosamente Razorbacks, confiando en que encontrarán objetivos como “un cazador que suelta un perro contra una presa”. En caso de que se detecte el UUV, el enemigo no está seguro de la ubicación de la nave nodriza, por lo que se mantendrá la sorpresa del ataque.
Por otro lado, los submarinos más grandes de la clase Ohio probablemente usarían UUV para defensa, formando una barrera de sensores submarina orientada hacia afuera para advertir a la tripulación de un peligro inminente.
La IA combina la tecnología de impresión 3D para crear una “revolución”
“Los grandes vehículos submarinos autónomos (AUV) van a cambiarlo todo”, afirmó Sam Russo, director de operaciones de Dive Technologies. “Tienen una enorme capacidad de carga útil y potencia que permite que los vehículos operen de forma autónoma en el océano durante días seguidos”.
Con la explosión de la tecnología de IA, estos vehículos ahora pueden moverse libremente y llevar a cabo misiones preprogramadas durante un tiempo relativamente largo, medido en semanas. Por ejemplo, el modelo Orca XLUUV de la Marina de Estados Unidos puede funcionar de forma independiente durante hasta tres meses.
La mayor diferencia es que los AUV pueden lanzarse desde un puerto y encontrar por sí solos el curso más adecuado para la misión, en lugar de requerir un barco de superficie y un piloto para llevar el robot al área correcta para su despliegue.
El juego de construir estos submarinos autónomos de gran tamaño está en manos de grandes corporaciones como Boeing y Lockheed Martin, basadas en una larga historia de suministro de submarinos tripulados a la Armada de Estados Unidos.
Sin embargo, la tecnología de impresión 3D está abriendo oportunidades para las empresas más pequeñas. Dive Technologies afirma que puede crear vehículos submarinos autónomos de forma más rápida y económica. Normalmente, lleva meses, incluso años, llevar un diseño “al agua”, pero con la nueva tecnología de impresión, las piezas se fabrican en 36 horas.
“Pasamos de un almacén de piezas a un AUV totalmente integrado en tres días, completo con una piel impresa en 3D de baja resistencia”, dijo Tim Raymond, director de I+D de Dive Technologies.
Con la flexibilidad y velocidad del kit de impresión 3D, Dive Technologies podría, teóricamente, construir cualquier submarino, para cualquier propósito y de cualquier tamaño. Basta con unos pocos retoques de diseño, un día y medio de impresión 3D y el uso de un “kit AUV” (un kit de herramientas que reúne todas las piezas necesarias de diferentes proveedores en un producto terminado, similar a los muebles de LEGO o IKEA) para hacer realidad cualquier submarino.
Durante más de un siglo, el mundo submarino ha estado dominado por submarinos tripulados. Pero en el futuro próximo se vislumbrará una visión de submarinos autónomos repletos de robots que realizarán tareas autónomas.
(Según PopMech, NavalTech)
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