El sueño de controlar Groenlandia
Groenlandia, con una superficie de 2,16 millones de km² y enormes reservas minerales, está desde hace tiempo en la mira de las grandes potencias. Esta isla no sólo posee valiosos recursos como tierras raras, uranio, petróleo y gas, sino que también tiene una posición estratégica importante en la geopolítica del Ártico.
Groenlandia es una isla muy especial. Geográficamente pertenece a América del Norte, pero geológicamente pertenece al Ártico. Lo especial es que se encuentra en la ruta más corta desde América del Norte a Europa.
Groenlandia es un territorio autónomo de Dinamarca desde 1814, con una población actual de unas 60.000 personas. Gran parte de la superficie está cubierta de nieve, pero la nieve se está derritiendo a medida que la tierra se calienta y la superficie habitable aumentará en consecuencia.
Esta se considera una "joya estratégica". Las ambiciones de Estados Unidos de controlar Groenlandia, especialmente bajo la administración Trump, se han convertido en un tema de controversia mundial.
Recientemente, Dinamarca y el pueblo de Groenlandia han reaccionado con bastante fuerza a las declaraciones de Trump, aunque anteriormente deseaban más negocios y cooperación con Estados Unidos. Esto también se considera una oportunidad para que China y Rusia se acerquen y aumenten su influencia en esta región del Ártico.
Hasta ahora, los groenlandeses no habían rechazado del todo la posibilidad de ampliar la cooperación con Estados Unidos. Muchos políticos de Groenlandia ven oportunidades en trabajar con Washington para desarrollar infraestructura, explotar recursos y mejorar la vida de las personas.
Sin embargo, parece que el enfoque de la administración Trump ha cambiado la situación.
Las encuestas muestran que la mayoría de los groenlandeses se oponen a unirse a los Estados Unidos.

Los groenlandeses temen que la anexión por parte de Estados Unidos destruya la identidad cultural y la autonomía que obtuvieron de Dinamarca después de décadas de lucha.
Dinamarca, que conserva el control de la política exterior de Groenlandia, tampoco queda fuera del panorama. La primera ministra danesa, Mette Frederiksen, calificó de "absurda" la idea de Trump e insistió en que Groenlandia no era un producto en venta.
Dinamarca se ha opuesto firmemente al plan de una delegación estadounidense de alto nivel de visitar Groenlandia esta semana, que incluye al vicepresidente JD Vance y su esposa, el asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, Mike Waltz, y el secretario de Energía, Chris Wright.
Dinamarca calificó esto como "inapropiado". La primera ministra danesa, Mette Frederiksen, acusó a Estados Unidos de ejercer una "presión inaceptable" sobre Groenlandia.
Los planes del viaje surgen mientras el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, continúa impulsando la idea de anexar Groenlandia. El señor Trump ha expresado repetidamente su deseo de que Groenlandia pase a formar parte del territorio estadounidense y no ha descartado la posibilidad de utilizar el poder económico o militar para controlar la isla más grande del mundo.
¿Qué posibilidades tiene Estados Unidos?
En la red social X, el 25 de marzo, el Sr. Vance dijo que llegaría a Groenlandia el 28 de marzo. Su esposa tenía previsto asistir a una carrera de trineos tirados por perros ese mismo día, pero el evento fue cancelado. En su lugar, visitará la base espacial Pituffik.
Brian Hughes, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, dijo que el propósito de la delegación estadounidense era “aprender sobre Groenlandia, su cultura, su historia y su gente”. Mientras tanto, el primer ministro danés, Frederiksen, rechazó la idea de que se tratara de una visita personal.
La última información muestra que Estados Unidos ha cambiado su plan de visitar Groenlandia, cancelando la visita a la comunidad groenlandesa y en su lugar yendo únicamente a la base de Pituffik. Esto es algo a lo que Dinamarca no se opone.
Se espera que la decisión de Estados Unidos de realizar ajustes ayude a aliviar las tensiones entre los dos países sobre Groenlandia, ya que Washington mantiene una importante presencia militar en la isla.
En el pasado, Estados Unidos ha tenido un interés especial en Groenlandia. En 1946, el presidente Harry Truman ofreció comprar la isla a Dinamarca por 100 millones de dólares, pero fue rechazado. Al asumir el cargo, el presidente Donald Trump reavivó esta ambición al proponer la compra de Groenlandia en 2019.
Lo describió como un "enorme terreno" con un gran potencial y afirmó que el control estadounidense de Groenlandia ayudaría a garantizar los intereses económicos y de seguridad nacional.
Las dificultades de la estrategia de Trump para Groenlandia son vistas como oportunidades para otros oponentes. China lleva mucho tiempo interesada en Groenlandia, con la intención de explotar recursos de tierras raras y construir allí infraestructura. Beijing ha estado invirtiendo agresivamente en proyectos mineros y portuarios.
Además, Rusia también está ampliando su influencia en el Ártico. Moscú no sólo aumentó su presencia en la región sino que también desarrolló grandes proyectos energéticos, creando un contrapeso a Estados Unidos.
Aunque la ambición de anexar Groenlandia enfrenta muchas dificultades y una amplia oposición por parte de Dinamarca y el pueblo groenlandés, se cree que Estados Unidos aún tiene la oportunidad de aumentar su influencia aquí mediante medidas más flexibles. Algunas evaluaciones sugieren que, en lugar de seguir con la estrategia de "comprar" la isla, Washington podría intentar aumentar la inversión en Groenlandia, apoyando el desarrollo económico y la cooperación en materia de seguridad.
Varios políticos estadounidenses han propuesto promover proyectos de cooperación en minería, investigación ambiental y desarrollo de infraestructura en Groenlandia.

Fuente: https://vietnamnet.vn/ong-donald-trump-co-the-de-vuot-mat-kho-bau-bac-cuc-2384811.html
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