Un iceberg de 72 kilómetros casi provocó un desastre ecológico en la Antártida

El iceberg D-30A se estrelló en la isla Clarence, donde habitan 100.000 parejas de pingüinos barbijo, pero afortunadamente en ese momento estaban buscando comida.

El satélite registró la colisión entre el D-30A y la isla Clarence. Foto: NASA — El satélite registró la colisión entre el D-30A y la isla Clarence. Foto: *NASA*

Un enorme iceberg de la mitad del tamaño de Rhode Island se estrelló contra un refugio de pingüinos en la Antártida el 6 de septiembre, dos años después de una colisión similar en 2021. El iceberg gigante, llamado D-30A, tiene 72 km de largo y 20 km de ancho. Esta es la pieza más grande que queda del D-30, que se formó en junio de 2021 cuando su iceberg padre, el D-28, se estrelló contra una isla cerca de la plataforma de hielo Borchgrevink en la Antártida Oriental y se partió en dos. A partir de ese momento, el D-30A se desplazó lentamente hacia el oeste a lo largo de la costa antártica.

A finales de 2022, el D-30A cambió repentinamente de rumbo y apuntó directamente a la isla Clarence, en el extremo más oriental de las Islas Shetland del Sur, que tiene una superficie aproximadamente 10 veces menor que la del D-30A. El iceberg se estrelló contra la costa sur de la isla el 6 de septiembre antes de girar hacia el este y dirigirse al mar unos días después, según el Observatorio de la Tierra de la NASA.

La isla Clarence es una importante zona de cría de pingüinos barbijo ( Pygoscelis antarcticus ), y alrededor de 100.000 parejas visitan la isla cada invierno para poner e incubar sus huevos. Los investigadores temen que el iceberg pueda afectar a esta población de pingüinos. "Fue mucha suerte porque los pingüinos barbijo que se reproducen allí no han regresado al nido", dijo Heather Lynch, ecóloga estadística de la Universidad Stony Brook en Nueva York. “Si la colisión hubiera ocurrido dos meses después, cuando los pingüinos estaban en la isla, la situación podría haber sido muy grave”.

Los icebergs que chocan con islas pueden dañar la vida silvestre, especialmente si quedan atrapados en el fondo del mar alrededor de masas de tierra aisladas. Los icebergs pueden impedir que los animales naden hacia el mar para alimentarse y también cambiar la temperatura y la salinidad del agua de mar circundante. A medida que el hielo se derrite en el fondo del mar, puede destruir ecosistemas y causar graves desequilibrios en la red alimentaria circundante. El fondo marino alrededor de la isla Clarence puede haber ayudado a evitar el desastre debido a su gran profundidad, lo que hace menos probable que el D-30A se quedara atascado allí, según Christopher Shuman, glaciólogo del Laboratorio de Ciencias de la Criosfera de la NASA y la Universidad de Maryland.

Sin embargo, incluso si el iceberg no se queda atascado por mucho tiempo, podría causar verdaderos problemas para los pingüinos que anidan en la isla. Mientras incuban los huevos, los pingüinos esperan que sus parejas salgan a cazar y traigan comida. Unos pocos días sin poder volver al rebaño pueden dar lugar a un año de reproducción fallida. Sin embargo, a medida que se desliza más allá de la isla, el D-30A puede liberar agua helada rica en hierro, lo que favorece el crecimiento de algas en la zona.

El D-30A se dirige ahora hacia el Pasaje de Drake, donde grandes icebergs a menudo quedan atrapados en las corrientes oceánicas, que los arrastran hacia aguas más cálidas y se derriten. En noviembre de 2022, también se descubrió el iceberg más grande del mundo, el A-76A, que siguió una trayectoria similar antes de romperse en junio de este año.

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