La imposición por parte del presidente estadounidense Donald Trump de aranceles del 25% a las importaciones de acero y aluminio "sin excepciones ni exenciones" pone al mundo al borde de una guerra comercial en toda regla.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en la Oficina Oval de la Casa Blanca al firmar órdenes ejecutivas el 10 de febrero - Foto: REUTERS
"Se trata de una clara escalada del conflicto comercial, pero que se convierta en una guerra comercial en toda regla dependerá de las reacciones de los países afectados", declaró a Tuoi Tre el profesor Julien Chaisse (Universidad de Hong Kong, China).
Influencia mundial
En derecho comercial, una “guerra comercial” generalmente se refiere a una serie de aranceles y contramedidas crecientes. “Con la Unión Europea, Canadá y México ya anunciando posibles respuestas, estamos viendo señales tempranas de tal escalada”, continuó Chaisse.
Al firmar el decreto que impone un impuesto del 25% en la Casa Blanca la noche del 10 de febrero, el presidente Trump anunció que tomaría medidas "recíprocas" contra todos los países que impongan aranceles a los productos estadounidenses en los próximos dos días.
Esto puede verse como una advertencia y, al mismo tiempo, como un intento de "pasar la pelota a otra cancha" al dar a entender que la forma en que reaccionen los países decidirá si el mundo entra o no en una guerra comercial en toda regla.
Aunque los medios internacionales han centrado gran parte de su atención en los mayores proveedores de acero de Estados Unidos, como Canadá, Brasil, México y Corea del Sur, las nuevas medidas arancelarias estadounidenses tienen un alcance de impacto mucho mayor.
Durante su primer mandato, en 2018, a través de los aranceles, la administración Trump alcanzó acuerdos sobre cuotas con varios países productores de aluminio y acero y eximió a varios países del arancel del 10%.
Sin embargo, en un decreto recién firmado publicado por la Casa Blanca, se eliminarán todos los acuerdos de cuotas y cientos de aranceles relacionados con los productos de aluminio y acero.
Además, bajo este decreto, el acero y el aluminio importados deben ser "fundidos y moldeados" en Estados Unidos, un requisito que, se dice, limita el ingreso a Estados Unidos de productos originarios de China y Rusia a través de terceros países.
Los aranceles también se extenderán a los productos derivados que utilizan acero y aluminio de fabricación extranjera, incluido el acero estructural fabricado y las extrusiones de aluminio.
Fuente: Instituto Americano del Hierro y el Acero - Datos: DUY LINH - Gráficos: T.DAT
¿El objetivo es China?
Los partidarios de Trump creen que los nuevos aranceles ayudarán a que las fábricas y los empleos regresen a Estados Unidos. Esta visión está en cierta medida justificada si se observa lo que ocurrió durante su primer mandato.
Según las estadísticas del Instituto Americano del Hierro y el Acero, las importaciones de acero cayeron en 10,2 millones de toneladas entre 2017 -antes de la imposición del arancel del 10%- y 2019. Durante el mismo período, la producción nacional de acero estadounidense aumentó en 6,8 millones de toneladas, equivalente al 7,5%.
Sin embargo, según los observadores, el objetivo de Trump esta vez no es Canadá, México o Corea del Sur (países que Estados Unidos puede "someter" fácilmente), sino China.
Aunque China es apenas el décimo mayor proveedor de acero de Estados Unidos, estos aranceles actúan como una restricción indirecta para el país, afectando lagunas en los envíos y en la comprobación del origen.
Según Reuters, un funcionario estadounidense también admitió implícitamente que el objetivo final es China.
"El acero chino se exporta a terceros países, se procesa o se le cambia el nombre y luego se exporta a Estados Unidos con una etiqueta de país de origen diferente. La nueva medida de Estados Unidos tiene como objetivo cerrar esta puerta trasera", dijo el profesor Chaisse.
Esto daría como resultado que países como China, que importan acero semiacabado y aluminio, se enfrentarían a un escrutinio más estricto por parte de Estados Unidos.
“Si las exportaciones de estos países a Estados Unidos siguen siendo elevadas, podrían convertirse en blanco de nuevas investigaciones comerciales. China podría desviar más acero al sudeste asiático, África y Europa, lo que provocaría un exceso de oferta y una caída de los precios en esos mercados”, predijo Chaisse.
Reacción de los países
China aún no ha hecho comentarios, algo que muchos creen que no sucederá, ya que equivaldría a confirmar que ha estado evadiendo los aranceles estadounidenses al enviar acero y aluminio semiacabados a otros países. La atención actual se centra en países como Canadá, Corea del Sur y México.
El presidente interino de Corea del Sur, Choi Sang Mok, dijo que su gobierno buscará negociar con la administración estadounidense sobre nuevos aranceles para proteger los intereses de las empresas.
Según Choi, los líderes de unas 20 grandes corporaciones del país tienen previsto visitar Estados Unidos en un futuro próximo, mientras que el gobierno discutirá contramedidas con Japón y la Unión Europea.
Mientras tanto, el Ministro de Industria de Canadá calificó los nuevos aranceles estadounidenses como "completamente injustificados", enfatizando que el acero y el aluminio canadienses respaldan industrias estadounidenses clave, desde defensa, construcción naval, energía hasta fabricación de automóviles.
Fuente: https://tuoitre.vn/nguy-co-chien-tranh-thuong-mai-toan-dien-20250212065530108.htm
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