Los medios estadounidenses citaron a funcionarios estadounidenses diciendo que el presidente Joe Biden aprobó un plan para llevar a cabo ataques de varios días contra personal e infraestructura iraníes en Irak y Siria. En respuesta, los medios iraníes prometieron responder con firmeza si eran "intimidados".
Declaración contundente
Según CNN, los ataques estadounidenses serán una represalia por el ataque con drones, llevado a cabo por el grupo Resistencia Islámica iraquí respaldado por Irán, en la base militar estadounidense Torre 22 en Jordania el 28 de enero, matando a 3 soldados e hiriendo a otros 34.
Ese mismo día, la agencia de noticias Reuters citó a cuatro funcionarios estadounidenses que dijeron que el avión no tripulado utilizado para atacar la Torre 22 el 28 de enero probablemente fue fabricado en Irán. Esta evaluación se basa en el análisis de los restos del avión en el lugar, pero la parte estadounidense no reveló el nombre de esta arma. Con ese descubrimiento, Estados Unidos está decidido a responsabilizar a Irán por apoyar a los grupos de milicianos que llevaron a cabo el ataque.
Por el lado de Irán, el 2 de febrero, hablando en la televisión, el presidente iraní, Ebrahim Raisi, declaró: No iniciaremos ninguna guerra, pero si alguien quiere intimidar, se enfrentará a una fuerte respuesta. Hossein Salami, comandante del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica, dijo que Teherán no teme una confrontación militar directa con Washington, pero tampoco busca la guerra con Estados Unidos. Según la agencia oficial de noticias IRNA, el ministro de Asuntos Exteriores iraní, Hossein Amir-Abdollahian, pidió a Estados Unidos que deje de utilizar un lenguaje amenazante hacia Irán y se centre en una solución política. El Sr. Amir-Abdollahian afirmó que la respuesta de Irán a las amenazas es decisiva e inmediata.
Línea roja
Mientras tanto, países como Rusia, China, Egipto, Arabia Saudita... han expresado su preocupación por las nuevas tensiones entre Estados Unidos e Irán.
El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, declaró que Rusia no ve con buenos ojos ninguna acción que conduzca a la desestabilización en la región y aumente las tensiones, especialmente en el contexto del riesgo de un conflicto excesivo.
Según Peskov, es necesario tomar medidas para reducir las tensiones en lugar de desestabilizar la región en su conjunto. Según el Wall Street Journal, ni Washington ni Teherán han mostrado ningún deseo de una confrontación militar directa. Para la administración Biden, atacar a las fuerzas paramilitares iraníes corre el riesgo de desencadenar un contraataque contra las tropas o bases estadounidenses en Medio Oriente desde el formidable arsenal de misiles y drones avanzados de Teherán.
Además, en un año de elecciones presidenciales, la Casa Blanca busca evitar expandir la guerra en la Franja de Gaza entre Israel y Hamás a un conflicto regional más amplio. Para Irán, la guerra con Estados Unidos también es una consideración. Si Irán intenta controlar a las fuerzas que apoya en Irak, Yemen, Siria y Líbano, corre el riesgo de socavar su pretensión de liderar el llamado “eje de resistencia” de milicias y aliados amigos en Medio Oriente contra Estados Unidos e Israel. Pero si se enfrenta directamente al más poderoso Estados Unidos, Irán enfrentará el riesgo de sufrir pérdidas significativas y sanciones más severas.
Según Gerald Feierstein, ex funcionario del Departamento de Estado de Estados Unidos, cada lado está tratando de ajustar el uso de la fuerza como una forma de intentar cambiar el comportamiento del otro, pero ninguna de las partes quiere cruzar la línea roja.
Khan Minh
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