Un impuesto al carbono se considera una buena estrategia para reducir las emisiones totales de carbono de Malasia para 2050, además de poder respaldar el objetivo nacional de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 45% con base en el Producto Interno Bruto (PIB) para 2030.
Malasia se está preparando ahora para el programa “Cielos Azules”, ya que el impuesto al carbono para las aerolíneas entrará en vigor poco después de que la Comisión de Seguridad de la Aviación de Malasia (MAVCOM) realice la evaluación necesaria. El ministro de Transporte de Malasia, Anthony Loke, destacó que el impuesto al carbono aplicado por las aerolíneas es para compensar sus emisiones de carbono, lo que también es una obligación internacional para todas las aerolíneas de contribuir al Plan de Compensación y Reducción de Carbono para la Aviación Internacional (CORSIA). El mecanismo del impuesto al carbono será coherente con el plan nacional de aspiración baja en carbono 2040 como objetivo de la política energética nacional.
Dinamarca, Suecia, Sudáfrica y los Países Bajos se encuentran entre los países que ya han introducido impuestos al carbono para los pasajeros. Según la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA), las tasas impositivas que aplican algunas aerolíneas dependen de la distancia del vuelo. A medida que aumenta la distancia, también varían los impuestos y las tasas impositivas entre países. Por ejemplo, para los vuelos internacionales, Noruega cobra una tarifa de 29,70 dólares para todos los pasajeros, mientras que en Portugal se aplica una tarifa de 2,20 dólares para los vuelos nacionales e internacionales. Singapur planea imponer un impuesto al combustible verde en los vuelos a partir de 2026.
Las aerolíneas pueden utilizar el impuesto para comprar combustible de aviación sostenible (SAF) o pagar créditos para compensar sus emisiones de carbono, según el Dr. Mohd Harridon Mohamed Suffian, economista de tecnología aeroespacial del Instituto de Aviación de Kuala Lumpur en Malasia. El impuesto al carbono incentivará a las aerolíneas a aumentar el uso de SAF. Sin embargo, existe la preocupación de que las aerolíneas puedan agregar costos de emisiones a los precios de los boletos para aliviar la carga financiera. Esto es una preocupación para los consumidores porque el viaje aéreo es un modo de transporte importante tanto para viajes de ocio como de negocios. Además, se espera que el coste de comprar nuevos aviones, que consumen menos combustible pero son más caros, también se traslade gradualmente por las aerolíneas a los precios de los billetes.
El SAF está reconocido mundialmente como la opción más viable para reducir las emisiones de la aviación en el futuro. Según los expertos económicos, esta es también otra forma para que Malasia desarrolle industrias relacionadas. El desarrollo de SAF requiere esfuerzos para convertir la biomasa en combustible de aviación utilizable, incluyendo el desarrollo y la aplicación de tecnología, recursos humanos expertos y el desarrollo de plantas centralizadas. Esto beneficia al país, ya que creará más oportunidades de empleo en el sector, mejorará la situación económica y transferirá tecnología, ya que será más óptimo desarrollar el propio SAF de Malasia, en lugar de importarlo de otros países.
Según datos recientes de la IATA, la producción mundial de SAF se ha triplicado hasta los 600 millones de litros desde los 300 millones de litros de 2022, lo que representa el 0,2% del uso mundial de combustible para aviones en 2023. Se espera que la industria de la aviación cumpla los objetivos del Acuerdo de París de limitar el calentamiento global a menos de 20 °C según el objetivo de reducción de emisiones de la IATA para 2050.
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