La revolución de la racionalización no es una tarea fácil, pero es un paso inevitable para que Vietnam mejore su capacidad de gobernanza nacional y cumpla con los requisitos de los tiempos.
TS. Nguyen Si Dung cree que la racionalización del aparato no sólo resolverá los problemas internos sino que también creará un impulso de desarrollo sostenible para el país en el futuro. (Foto: NVCC) |
En el contexto de un mundo cada vez más complejo y volátil, construir un aparato administrativo ágil y eficiente no sólo es una necesidad urgente sino también una fuerza impulsora del desarrollo nacional. En Vietnam, la revolución Lean se ha iniciado con fuerza en los últimos años, pero para tener éxito es necesario aprender lecciones valiosas de países de todo el mundo.
Las lecciones del mundo sobre la racionalización del aparato administrativo son sumamente importantes y útiles, pues nos ayudan a acortar el camino y evitar errores que otros países han tenido que pagar un precio para aprender. Nueva Zelanda tenía una burocracia engorrosa antes de pasar a la gestión de resultados. Singapur construye un gobierno electrónico desde cero para superar la corrupción. Japón ha tenido que adaptarse después de décadas de poder centralizado.
Estas experiencias son el “precio” que pagaron en tiempo, recursos y fracasos. Al aplicar estas lecciones, Vietnam no sólo ahorra tiempo en reformas sino que también acelera la construcción de un aparato más eficaz y que sirve mejor al desarrollo nacional.
Un aparato administrativo engorroso no sólo consume recursos nacionales sino que también ralentiza el proceso de toma de decisiones, dificultando la implementación de políticas. El resultado es ineficiencia, falta de transparencia y pérdida de confianza pública en el gobierno.
En Vietnam, el Partido y el Estado han identificado claramente este problema y han establecido la exigencia de reformar el aparato administrativo, centrándose en "reducirlo pero debe ser fuerte, compacto pero debe ser eficaz". Sin embargo, para lograr este objetivo, Vietnam necesita aprender de las experiencias de los países anteriores.
En primer lugar , está la experiencia de Nueva Zelanda: gestión basada en resultados. Nueva Zelanda es famosa por su modelo de gestión del sector público orientado a resultados, que se centra en alcanzar objetivos en lugar de simplemente seguir procedimientos.
El país ha implementado: Uno, contratos de desempeño entre el gobierno y las agencias, que requieren informes periódicos de resultados. En segundo lugar, fusionar agencias con funciones superpuestas, reduciendo significativamente el número de organizaciones públicas. En tercer lugar, identificar indicadores clave de rendimiento (KPI) para supervisar el desempeño.
La lección de Nueva Zelanda para Vietnam es que el aparato administrativo debe evaluarse en función de resultados específicos, y no sólo de la cantidad de trabajo o el tiempo de finalización.
En segundo lugar está la experiencia de Singapur: digitalización y recursos humanos de alta calidad. Singapur es el modelo ideal de un gobierno pequeño pero eficaz. Este país ha implementado: Digitalización de todo el proceso administrativo, permitiendo a los ciudadanos realizar servicios públicos a través de plataformas en línea; Reclutamiento basado en competencias y alta competitividad, combinado con salario y bonificación atractivos; Adoptar medidas firmes contra la corrupción, como la transparencia financiera y controles estrictos.
La lección de Singapur para Vietnam es: Vietnam necesita promover la digitalización, automatizar los procedimientos administrativos y mejorar los estándares de reclutamiento de funcionarios públicos.
En tercer lugar está la experiencia de Japón: la descentralización para reducir la sobrecarga. Japón ha tenido éxito al descentralizar fuertemente el poder hacia las localidades, reduciendo así la presión de gestión por parte del gobierno central.
En concreto: muchas funciones administrativas se transfieren a los niveles provincial y municipal, lo que reduce significativamente el número de funcionarios centrales; Se concede a las autoridades locales una mayor autonomía en el desarrollo socioeconómico.
La lección de Japón para Vietnam es dar mayor autonomía a las provincias y distritos, acompañada de una clara rendición de cuentas, reduciendo así la carga sobre las agencias centrales.
En cuarto lugar está la experiencia sueca: la digitalización para reducir los recursos humanos. Suecia es uno de los países pioneros en la digitalización integral de los servicios públicos. Gracias a esto, los organismos gubernamentales utilizan una base de datos compartida, evitando la duplicación de información. Muchas tareas administrativas están automatizadas, lo que reduce en gran medida la necesidad de recursos humanos.
La lección de Suecia para Vietnam es que construir una base de datos nacional y compartir información entre agencias ayudará a ahorrar recursos y acelerar el procesamiento del trabajo.
En quinto lugar está la experiencia alemana: las agencias de reestructuración. Alemania se centra en la reestructuración de las agencias administrativas para eliminar la duplicación y aumentar la coordinación. Las medidas incluyen: Consolidación de agencias con funciones similares; Revisar las funciones y tareas de cada agencia, eliminar tareas innecesarias.
La lección de Alemania para Vietnam es revisar todo el sistema de agencias y eliminar con valentía los departamentos ineficientes o duplicados.
A partir de la experiencia mundial, para racionalizar el aparato en Vietnam, necesitamos seguir las siguientes estrategias:
Una de ellas es la digitalización integral. Invertir fuertemente en tecnología de la información para construir un gobierno electrónico moderno. En segundo lugar, la descentralización y la delegación de autoridad. Dar mayor poder a las localidades, aplicando mecanismos transparentes de inspección y seguimiento.
En tercer lugar, centrarse en la eficiencia. Mida el rendimiento en función de los resultados y no del volumen. En cuarto lugar, la formación y selección del personal. Seleccionar y formar personal competente y aplicar una remuneración atractiva.
Cinco, fuerte compromiso político. El Partido y el Estado deben demostrar una gran determinación al dirigir la revolución para racionalizar el aparato.
La revolución de la racionalización no es una tarea fácil, pero es un paso inevitable para que Vietnam mejore su capacidad de gobernanza nacional y cumpla con los requisitos de los tiempos. Aprender de los países avanzados ayudará a Vietnam a construir un aparato administrativo eficaz, transparente y verdaderamente orientado a la gente.
Si se implementa de manera sistemática y decisiva, la racionalización del aparato no sólo resolverá los problemas internos sino que también creará una fuerza impulsora para el desarrollo sostenible del país en el futuro.
Fuente
Kommentar (0)