Registro del patrimonio para su identificación y conservación

El Ministerio de Cultura, Deportes y Turismo acaba de decidir incluir los platos pho de Hanoi, Nam Dinh pho, fideos Quang y el arte de hacer té de loto en Quang Ba (Hanoi) en la lista de patrimonio cultural inmaterial nacional en forma de conocimiento popular.

Esta no es la primera vez que un plato es catalogado como patrimonio inmaterial, sin embargo, a diferencia de decisiones anteriores, algunos de los platos incluidos en la lista esta vez han generado opiniones encontradas.

Algunas personas están felices de que se haya identificado el conocimiento popular para proteger y promover los valores patrimoniales, pero muchas también están confundidas en cuanto a por qué platos tan populares necesitan ser identificados como patrimonio cultural inmaterial. Mucha gente todavía se muestra escéptica sobre si habrá una inflación patrimonial cuando Vietnam tiene una cultura culinaria extremadamente rica con innumerables platos famosos que se han convertido en especialidades locales, como: la sopa de fideos con carne de Hue, las gachas de anguila de Vinh, las gachas de Quang Tri, los fideos de Saigón...

La preocupación parece razonable, pero los documentos legales establecen claramente: “El patrimonio cultural inmaterial es un producto espiritual asociado a una comunidad o a un individuo, los objetos y espacios culturales relacionados, con valor histórico, cultural y científico, que expresa la identidad de la comunidad, que se recrea constantemente y se transmite de generación en generación…”. Los principios de preservación y promoción del valor del patrimonio también establecen claramente que el patrimonio no debe utilizarse para realizar actos y actividades de discriminación, cultural, étnica y regional; no crear competencia, disputas, conflictos y choques culturales entre comunidades, grupos e individuos... De ello se puede entender que la labor de registro es una forma eficaz de identificar y preservar, ayudando a mantener y promover valores culturales importantes, no sólo para la generación actual sino también para las generaciones futuras.

Según muchos expertos culturales, la inclusión de platos tradicionales en la lista del Patrimonio Cultural Inmaterial crea un sentimiento de orgullo y solidaridad en la comunidad. Esto también sirve como fuerza impulsora para fortalecer la identidad cultural, promover el espíritu de preservación de las tradiciones y fomentar una mayor investigación sobre la historia, las técnicas de preparación y el significado cultural del plato. Creando así condiciones para el desarrollo de programas educativos y de formación sobre conocimientos y habilidades en la cocina tradicional. No sólo Vietnam, sino también la UNESCO ha honrado el patrimonio cultural inmaterial con comidas al estilo francés, la cultura cervecera belga, el arte de hacer pizza en Nápoles, el kimchi coreano...

Cuando un plato recibe un reconocimiento, atrae la atención tanto a nivel nacional como internacional, contribuyendo a afirmar el valor de la marca nacional. Cuando la cultura culinaria se convierta en una marca nacional, se convertirá en un canal de comunicación eficaz, promoviendo así el turismo a través de la exploración de la cultura culinaria. Identificar platos tradicionales también abre oportunidades económicas para los restaurantes, procesadores y productores de ingredientes locales. Esto no sólo ayuda a aumentar los ingresos de las pequeñas empresas, sino que también crea empleos y desarrolla infraestructura relacionada con el turismo y la gastronomía. La Organización Mundial del Turismo también ha afirmado que el turismo gastronómico es una ventaja única de cada país, un factor estratégico y un motor importante para el desarrollo turístico.

Sin embargo, para garantizar que la celebración de la comida contribuya verdaderamente a la preservación y promoción de los valores culturales, es necesaria una cuidadosa consideración y cooperación entre las partes interesadas, incluidas las comunidades locales, los investigadores y los organismos reguladores. El éxito del reconocimiento de un plato como patrimonio cultural depende de mantener un equilibrio entre la preservación de la tradición y la satisfacción de las necesidades y los avances modernos.

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