(NLDO) - El majestuoso paisaje del área que rodea la frontera entre Irán e Irak ha sido moldeado por las actividades de un antiguo trozo de la corteza terrestre.
La corteza de nuestra Tierra no es continua como la de Marte y muchos otros mundos alienígenas, sino que consta de alrededor de 20 piezas grandes y pequeñas llamadas placas tectónicas, que se mueven constantemente y dan forma al paisaje que las cubre, además de proporcionar importantes fuerzas motrices para la vida.
Un estudio publicado recientemente en la revista científica Solid Earth muestra que dicha placa tectónica todavía contribuye a cambiar lentamente el terreno de la región de Asia occidental.
Más interesante aún, es el trozo de corteza terrestre que una vez albergó al superocéano Neotetis.
Según Science Alert, Neotethys se formó cuando el supercontinente Pangea se dividió en el continente norteño Laurasia y el continente sur Gondwana hace unos 195 millones de años, a principios del período Jurásico.
Aunque Neotethys colapsó completamente hace más de 20 millones de años, la corteza oceánica que una vez lo sostuvo todavía influye en los Montes Zagros, la cadena montañosa más grande en la frontera entre Irán e Irak.
"Esta placa tectónica está arrastrando esta zona desde abajo", explica el geólogo Renas Koshnaw de la Universidad de Göttingen (Alemania), autor principal del estudio.
Cuando Neotetis se cerró, el trozo de corteza terrestre que una vez lo transportó sobre su espalda se hundió casi por completo debajo de la placa tectónica que sostiene al actual continente euroasiático.
Mientras tanto, la placa árabe, que forma la base del actual Irak y Arabia Saudita, fue empujada hacia atrás, lo que provocó una colisión con Eurasia.
Esta colisión creó cadenas montañosas, presionando la corteza que las rodeaba. Como resultado, estas montañas se erosionaron en esta depresión durante millones de años y sus sedimentos formaron la llanura mesopotámica, a través de la cual fluyen los ríos Tigris y Éufrates.
El Dr. Koshnaw y sus colegas descubrieron que en el sureste de esta zona hay una capa de sedimento inusualmente gruesa, de 3 a 4 kilómetros de profundidad.
Mapearon el área y usaron un modelo de computadora para demostrar que el peso de las montañas por sí solo no podía explicar un cráter tan profundo.
En cambio, el área está siendo arrastrada hacia abajo por el resto de la placa oceánica Neotethys, que todavía se está hundiendo en el manto. Pero esta placa también se va desgarrando a medida que se hunde.
En el lado turco, la depresión llena de sedimentos se vuelve mucho más superficial, lo que sugiere que la enorme placa se desprendió en esta área, reduciendo la atracción hacia abajo.
Comprender estas dinámicas podría ayudar a comprender la extracción de minerales, como el hierro, el fosfato y el cobre, que se forman en rocas sedimentarias, afirma el equipo.
Además, las fallas formadas durante la colisión entre las placas arábiga y euroasiática también pueden generar grandes y mortales terremotos contra los que las regiones afectadas deberán tomar precauciones en el futuro.
Fuente: https://nld.com.vn/ben-duoi-iran-va-iraq-vo-trai-dat-dang-tach-doi-196250206091845075.htm
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