El equipo de diseño británico lanzó una prueba de un cohete capaz de quemar su propia parte inferior. (Fuente: SlashGear) |
Actualmente, los cohetes multietapa son la forma más eficiente de poner carga en órbita. Cada etapa del cohete está diseñada individualmente para lograr la máxima eficiencia. Dividir un cohete en múltiples etapas le permite deshacerse de masa innecesaria y volar más rápido y más lejos a través del espacio. Cuando una etapa del cohete se queda sin combustible, se desprende y cae al espacio, entonces se pone en marcha el motor de la siguiente etapa para impulsar el cohete hacia adelante. Debido a este mecanismo de funcionamiento, los cohetes multietapa a menudo liberan desechos al espacio y a la órbita de la Tierra.
Según los científicos, los riesgos de los desechos espaciales son enormes: pueden dañar los satélites y provocar colisiones con facilidad; aumentando el coste de las misiones espaciales, dificultando las actividades de observación espacial desde la Tierra. El coste de lidiar con esta enorme cantidad de basura espacial es extremadamente caro.
El diseño del grupo del profesor Patrick Harkness, que fue presentado en el Foro de Ciencia y Tecnología de la AIAA en Orlando, Florida (EE.UU.) la semana pasada, ha atraído especial atención de los investigadores, porque este modelo de cohete es capaz de quemar su propio cuerpo inferior como parte del combustible para volar, sin tener que lanzar esas partes al espacio.
El equipo diseñó con éxito un cohete con un empuje de 100 Newtons y realizó una serie de lanzamientos de prueba del cohete llamado Ouroborous-3 en la Base de la Fuerza Aérea de Machrihanish (EE. UU.).
Ouroborous-3 utiliza una carcasa hecha de plástico de polietileno. Durante el vuelo, esta carcasa se quema junto con el combustible principal del cohete, una mezcla de oxígeno y propano líquido. El calor liberado del proceso de combustión del combustible principal derrite la cubierta de plástico y arrastra el plástico hacia la cámara de combustión para quemarse con el combustible principal.
Las pruebas demostraron que el cohete Ourobourous-3 era capaz de realizar una combustión estable (la combustión estable es un requisito clave para cualquier motor de cohete), y que las piezas de plástico representaban hasta una quinta parte del combustible total utilizado.
Las pruebas también mostraron que el proceso de combustión del cohete podía controlarse con éxito, ya que el equipo demostró la capacidad de acelerar y reiniciar el cohete. Estas capacidades podrían ayudar a los futuros cohetes autónomos a controlar su vuelo desde la plataforma de lanzamiento hasta la órbita.
El profesor Patrick Harkness, de la Escuela de Ingeniería James Watt de la Universidad de Glasgow, es pionero en el desarrollo de motores de cohetes que utilizan combustible extraído del cuerpo del cohete. “Estos cohetes podrían tener muchas aplicaciones futuras y ayudarían a impulsar las ambiciones de Gran Bretaña de convertirse en un actor clave en la industria espacial”, dijo.
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