En un comunicado de prensa, el operador dijo que “los datos de los usuarios se filtraron a la red oscura hace aproximadamente dos semanas”, conteniendo una variedad de información personal, incluyendo nombres, direcciones residenciales, números de teléfono, fechas de nacimiento y números de seguro social.
“ Actualmente no podemos determinar si la fuente de la fuga fue del sistema de AT&T o de los proveedores”, afirmó la compañía de telecomunicaciones. “ La empresa no encontró evidencia de acceso no autorizado a sistemas internos que resultara en la divulgación de archivos de datos”.
AT&T aún no ha determinado la fuente de la filtración de información personal de más de 70 millones de cuentas de clientes.
Los datos son de 2019 o anteriores. Según AT&T, la filtración no contenía información financiera de los clientes ni historial de llamadas. En concreto, se ven afectadas 7,6 millones de cuentas corrientes y 65,7 millones de cuentas antiguas.
La compañía dijo que se ha puesto en contacto con los clientes afectados con instrucciones sobre cómo restablecer sus contraseñas e instó a los usuarios a estar alerta ante cambios sospechosos en sus cuentas o informes de crédito.
La primera noticia sobre la filtración fue publicada por una cuenta de Twitter llamada vx-underground el 17 de marzo.
En ese momento, AT&T afirmó que “ no había ninguna indicación de que el sistema estuviera comprometido”. “El archivo de datos del foro no parece provenir de esta empresa”.
En febrero, AT&T experimentó una interrupción del servicio de telefonía celular que duró varias horas. La aerolínea explicó que la causa fue un fallo del sistema y no un ciberataque. Posteriormente, el director ejecutivo John Stankey se disculpó con los clientes por el incidente y “compensó” a cada cuenta con 5 dólares.
Las interrupciones de red a gran escala como la de AT&T no son comunes en Estados Unidos. En 2021, T-Mobile tuvo que pagar alrededor de 19,5 millones de dólares para resolver una investigación de la Comisión Federal de Comunicaciones de Estados Unidos (FCC) debido a una interrupción del servicio durante 12 horas y 13 minutos en junio de 2020.
Provocó congestión en las redes 2G, 3G y 4G de T-Mobile, lo que obligó a realizar más de 23.000 llamadas al 911. Además, el transportista debe implementar un plan de cumplimiento con nuevos compromisos para mejorar las notificaciones del 911, así como proporcionar actualizaciones de estado dentro de las dos horas posteriores a la notificación inicial.
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