Un UAV ruso KUB-BLA (Foto: Defensa).
"Las líneas de producción están funcionando a toda velocidad para la nueva versión del KUB-BLA, también conocido como Zala KYB-UAV o Cube", citó Newsweek un informe de SOFREP del 9 de enero.
Según SOFREP, Rusia parece estar colocando en el vientre de este UAV un dispositivo con una ojiva OFBCh-2.5 mejorada, llena de explosivo OKFOL, casi el doble de potente que el TNT. El equipamiento mencionado anteriormente convierte esta arma en una “pesadilla” para el oponente.
KUB-BLA es fabricado por la empresa rusa Kalashnikov.
Aunque no está claro cuándo Rusia pondrá en combate el KUB-BLA, según una reciente entrevista con el presidente de Kalashnikov, Alan Lushnikov, parece que el ejército ruso ya ha recibido este tipo de UAV.
“Las pruebas de los vehículos aéreos no tripulados se han completado con éxito y el primer lote se está entregando a las unidades. Este es un paso importante porque, de hecho, se trata de un producto nuevo”, dijo Lushnikov.
El Ministerio de Defensa ruso aún no ha hecho comentarios.
La versión original del KUB-BLA lanzada en 2019 tenía una serie de características destacadas, incluida la capacidad de viajar casi en silencio durante 30 minutos a una velocidad máxima de 130 km/h. Sin embargo, esa versión estaba limitada por su ojiva relativamente pequeña y no era tan popular como otros vehículos aéreos no tripulados rusos como el Lancet.
La versión actualizada parece proporcionar un ataque mucho más poderoso contra objetivos ucranianos.
Según ISW, en octubre pasado Rusia habría lanzado una nueva versión del dron Lancet Izdeliye-53 que incluye un sistema de guía automatizado que puede distinguir los tipos de objetivos y aumentar la tasa de éxito de los ataques.
A pesar del sistema de guía mejorado, el Izdeliye-53 aún carece de una ojiva lo suficientemente potente como para "causar daños importantes a los objetivos militares más importantes".
La nueva versión del KUB-BLA se puede utilizar para atacar algunos objetivos que el Lancet y otros drones no pueden penetrar.
Los vehículos aéreos no tripulados desempeñan un papel cada vez más importante en el conflicto entre Rusia y Ucrania. Desde el comienzo de la guerra, el tipo de UAV que más ha utilizado Rusia es el Shahed, que se cree que es producido por Irán. Sin embargo, los vehículos aéreos no tripulados suicidas Shahed a menudo no logran alcanzar sus objetivos y son vulnerables a ser derribados por las fuerzas de defensa aérea ucranianas.
En los últimos meses, Rusia ha intentado cambiar su estrategia de ataque aéreo para dificultarle a Ucrania la interceptación de vehículos aéreos no tripulados, así como llevar a cabo amplias actualizaciones nacionales de su flota de drones.
La agencia de noticias TASS citó al viceprimer ministro ruso, Andrei Belousov, el 6 de enero diciendo que Rusia planea producir más de 32.000 vehículos aéreos no tripulados por año a partir de 2030.
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