Los virus existen desde hace miles de millones de años, pero recién fueron descritos científicamente a finales del siglo XIX; el primero de ellos fue el virus del mosaico del tabaco.
Virus del mosaico del tabaco bajo microscopía electrónica de transmisión (MET). Foto: Research Gate
El primer paso hacia el descubrimiento de los virus se produjo en 1876, cuando Adolf Mayer, químico agrícola alemán y director de la Estación Experimental Agrícola de Wageningen, describió una extraña enfermedad que afectaba las hojas de las plantas de tabaco. Él creía que la enfermedad era causada por bacterias u hongos, pero el examen microscópico y las pruebas no lograron detectar ningún organismo.
El gran avance se produjo en 1892 con el botánico ruso Dmitri Ivanovsky. Descubrió que la savia infectada seguía siendo infecciosa después de pasar a través de un filtro que retenía las bacterias. Ivanovsky sabía que había encontrado algo nuevo.
En 1898, el microbiólogo holandés Martinus Beijerinck repitió el experimento de Ivanovsky de forma independiente y proporcionó una explicación algo más clara. Beijerinck afirmó que el experimento demostró que la enfermedad del mosaico del tabaco no se originó a partir de bacterias, sino de un "fluido infeccioso vivo". Comenzó a utilizar el término "virus" para describir la naturaleza "no bacteriana" de los patógenos.
Durante este tiempo, los expertos descubrieron otros patógenos que también pasaban por el filtro bacteriano, entre ellos la enfermedad de manos, pies y boca, la enfermedad de la piel del conejo, la peste equina africana y la varicela. Sin embargo, la naturaleza exacta de este patógeno “invisible” aún no se comprende bien.
La identificación de la causa de la fiebre amarilla fue un hito en la historia de la virología. Durante la Guerra Hispano-americana de 1898, las tropas estadounidenses fueron atacadas por la enfermedad cuando llegaron a la costa de Cuba. Gracias a las investigaciones de Walter Reed, James Carroll, Aristides Agramonte y Jesse William Lazear, se supo que la enfermedad podía transmitirse a través del suero filtrado de un paciente. Este descubrimiento convirtió a la fiebre amarilla en la primera enfermedad infecciosa humana identificada como causada por un virus.
No fue hasta 1931, cuando se inventó el microscopio electrónico, que los científicos pudieron ver los virus. Una vez más, el virus del mosaico del tabaco se convirtió en el primer virus en ser fotografiado.
Otro momento crucial se produjo en la década de 1950 con la investigación de Rosalind Franklin. Utilizó cristalografía de rayos X para determinar la estructura del virus del mosaico del tabaco como una molécula de ARN monocatenaria rodeada por una membrana de proteína. Sus otras investigaciones ayudaron a demostrar que el ADN es una molécula de doble cadena, lo que condujo al famoso descubrimiento de la estructura de doble hélice del ADN.
Más de un siglo después de su descubrimiento, los virus todavía desconciertan, sorprenden y aún pueden causar desastres. Hoy en día, todavía hay mucho debate sobre si los virus son entidades “vivas” o no.
Los virus son parásitos eficientes. Requieren una célula viva para reproducirse y no pueden crecer independientemente fuera de un huésped como las bacterias y otros microorganismos de vida libre. Sin embargo, están hechos de ADN o ARN, componentes que juegan un papel clave en la vida. La mayoría de los científicos creen ahora que los virus pueden considerarse "vivos", aunque continúan sorprendiéndonos con nuevos descubrimientos.
Thu Thao (según IFL Science )
[anuncio_2]
Enlace de origen
Kommentar (0)