La proteína hace más que simplemente ayudar a que los músculos crezcan. A nivel celular, la proteína ayuda a reparar los tejidos. El cuerpo también necesita proteínas en forma de enzimas para ayudar en la digestión, la contracción muscular, la coagulación sanguínea y la producción de energía. La proteína también contribuye a la formación de muchas hormonas, ayudando a mantener la piel y el cabello saludables, según el sitio web de salud Medical News Today (Reino Unido).
Al consumir muchas proteínas, el cuerpo necesita mucha agua para eliminar el exceso de proteínas y nitrógeno generado por el metabolismo de las proteínas.
Cuando comes almidón, tu cuerpo lo convierte en glucógeno. Cada gramo de glucógeno retendrá 3 gramos de agua. Si comes mucho almidón, tu cuerpo retiene mucha agua. Sin embargo, con las proteínas ocurre lo opuesto. La ingesta excesiva de proteínas hace que el cuerpo se deshidrate fácilmente.
La razón es que consumir demasiada proteína puede fácilmente llevar a un exceso de proteína. No sólo eso, el proceso de metabolismo de proteínas dentro del cuerpo producirá nitrógeno. Excretar el exceso de proteínas y nitrógeno al mismo tiempo hará que los riñones trabajen más y aumentarán las necesidades de agua.
Un estudio publicado en el Journal of the Academy of Nutrition and Dietetics descubrió que las dietas ricas en proteínas pueden causar una deshidratación sutil que quizás ni siquiera notemos.
En el estudio, se pidió a cinco hombres que siguieran una dieta alta en proteínas (3,6 gramos/kg de peso corporal por día), una dieta moderada en proteínas (1,8 gramos/kg de peso corporal por día) y una dieta baja en proteínas (0,8 gramos/kg de peso corporal por día). El estudio duró 4 semanas.
El equipo registró factores que afectan la ingesta de agua corporal, como la ingesta de agua, la micción, el nitrógeno ureico en sangre, la osmolalidad plasmática, la gravedad específica de la orina y el equilibrio de líquidos. Una vez eliminados los factores influyentes, el equipo descubrió que las dietas ricas en proteínas hacían que el cuerpo perdiera más agua que las dietas moderadas y bajas en proteínas.
De hecho, la deshidratación puede afectar tu cuerpo incluso si no tienes sed. Por ejemplo, los antojos de dulces pueden ser una señal de advertencia de deshidratación. Necesitamos agua para liberar la energía almacenada, por lo que cuando estamos deshidratados, el cuerpo pasa a utilizar fuentes de energía de rápida absorción, como el azúcar. El resultado es un gusto por lo dulce.
La deshidratación también puede causar dolores de cabeza y pérdida de concentración. Esto se debe a que el cerebro tiene la capacidad de almacenar agua y necesita agua para funcionar correctamente. En lugar de beber una taza de café, intenta beber un poco de agua.
Otro signo de deshidratación es sentirse cansado. La deshidratación provoca una disminución del flujo sanguíneo total. Esto significa que su corazón tiene que trabajar más, lo que puede causar fatiga, según Medical News Today .
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