Irán es uno de los países con la pena de muerte más alta del mundo. Así lo refleja el último informe de Amnistía Internacional, que cubre las condenas a muerte y las ejecuciones en 2022. En Irán, al menos 576 personas fueron ejecutadas, casi el doble que en 2021.
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Al otro lado del Golfo Pérsico, en Arabia Saudita, 196 personas murieron ejecutadas en 2021, incluidas 81 ejecuciones en un día. Según Agnes Callamard, secretaria general de Amnistía Internacional, Irán y Arabia Saudita juntos representan más del 80% de las ejecuciones reportadas oficialmente en todo el mundo.
En total, al menos 883 personas fueron ahorcadas, fusiladas o inyectadas con inyección letal en 2022 ejecuciones en 20 países. Se trata de la cifra más alta de ejecuciones en cinco años y un fuerte aumento respecto a 2021: más de 300 casos, o más del 50%.
La pena de muerte también se utiliza en países como Japón, Estados Unidos, Singapur y varios otros. Según el informe de Amnistía, más de un tercio de todas las ejecuciones identificadas se llevaron a cabo para castigar delitos de tráfico de drogas.
Otros seis países han abolido total o parcialmente la pena de muerte en 2022, incluidos varios países africanos como Sierra Leona y la República Centroafricana. Más recientemente, Malasia también ha anunciado la abolición de la pena de muerte.
A finales de 2022, un total de 112 países habían abolido la pena de muerte. En diciembre pasado, casi dos tercios de los estados miembros de las Naciones Unidas, o 125 países, votaron a favor de una moratoria sobre la pena de muerte.
Hoang Anh (según AI, DW)
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