En muchos países europeos están surgiendo movimientos antiturismo. Para frenar esta ola antes de que llegue el verano, los gobiernos han adoptado soluciones para equilibrar los intereses de la población local y las zonas rentables.
Ir a casa
El turismo se considera la mayor fuente de ingresos de las hermosas Islas Canarias de España, el segundo país más visitado del mundo. Pero las protestas locales han comenzado, con grafitis apareciendo en muchas partes del archipiélago pidiéndoles a los turistas que “se vayan a casa” debido al descontento con el aumento del turismo.
De manera similar, la antigua ciudad de Málaga, capital de la Costa del Sol, un paraíso costero situado justo en la costa mediterránea, ha sido durante mucho tiempo un destino favorito para millones de turistas gracias a su clima soleado y su coste de vida relativamente bajo. Ahora, los lugareños escriben frases anti-turistas por todo el exterior de sus casas, desde el suave “antes esta era mi casa” o “antes esto era el centro” hasta el más agresivo “a tu puta casa”…
Según The Local España, en 2023 visitaron Málaga 14 millones de turistas, tanto nacionales como extranjeros. Datos recientes del Instituto Nacional de Estadística (INE) muestran que ocho de cada diez nuevos residentes que se trasladan a Málaga son extranjeros. Unas 630 empresas tecnológicas, incluida Google, han abierto oficinas en Málaga, convirtiéndola en el Silicon Valley europeo, atrayendo a miles de trabajadores internacionales y nómadas digitales. Este hecho ha despertado a los malagueños. Creen que están pagando un precio demasiado alto y que los están expulsando de su propia ciudad natal.
O como Tenerife, una de las islas más famosas de España, que recientemente declaró una emergencia hídrica. Esta situación ha enfadado aún más a los residentes locales, ya que algunas zonas turísticas utilizan hasta seis veces más agua que las zonas residenciales, lo que pone presión sobre importantes reservas de agua para uso doméstico y para la producción agrícola. El Semanario Canario informó que la “turistafobia” también se está extendiendo en enclaves turísticos como las islas Baleares de Mallorca y Gran Canaria, con paredes cubiertas de mensajes que “despedían” a los turistas.
Mientras tanto, desde principios de abril hasta finales de octubre, la Asociación Española de Aviación tiene previsto realizar hasta 758.000 vuelos, un incremento del 9% respecto al mismo periodo de 2023, elevando la capacidad total a 240 millones de plazas.
Los vuelos a Canarias y al sur de Andalucía, uno de los principales destinos turísticos de verano de España, aumentarán un 14%, mientras que Madrid y Barcelona tendrán un 15% más de plazas que en 2023, según ha asegurado Javier Gándara, presidente de la Asociación Española de Líneas Aéreas. Las aerolíneas también están aumentando el número de plazas en las rutas entre España y mercados como Alemania y el Reino Unido.
La solución de compromiso
La Asociación de Turismo Exceltur estima que los ingresos del sector, que incluye hoteles y empresas de transporte, aumentarán un 6% en el segundo trimestre de 2024, en comparación con el máximo histórico del mismo período de 2023. No se puede negar que el turismo aporta muchos beneficios a la economía, pero cuando alcanza el nivel del llamado “sobreturismo”, puede causar muchos problemas a la población local, como hacinamiento, aumento de precios, basura y daños a la propiedad. Por las mismas razones, los principales destinos turísticos ruegan a la gente que no los visite, muchos simplemente no tienen la infraestructura para afrontarlos.
Varios países europeos han introducido impuestos turísticos, incluida la ciudad italiana de Venecia, que también ha prohibido a los cruceros entrar en su sistema de canales. La ciudad holandesa de Ámsterdam ha introducido una prohibición de bebidas alcohólicas para los turistas británicos… Hawaii sigue luchando contra la escasez de personal hotelero, atascos de tráfico y tiempos de espera de 90 minutos en los restaurantes.
En Asia, preocupadas por el impacto en la vida cotidiana de los habitantes de la antigua capital de Kioto, las autoridades locales han puesto en marcha una serie de iniciativas para afrontar mejor la afluencia de turistas. Las medidas adoptadas incluyen aumentar los servicios de autobuses y taxis, permitir a las empresas establecer tarifas diferentes durante las horas punta y mejorar la infraestructura; Establecer centros de asesoramiento para las comunidades locales. Otra gran iniciativa es intentar alejar a los turistas de las tres grandes ciudades (Tokio, Kioto y Osaka) hacia otras localidades.
CHI FELIZ
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