Las granadas de piedra chinas rellenas de pólvora eran armas convenientes que los guardias podían arrojar a los enemigos que intentaban atacar una ciudad.
Las granadas recién descubiertas tienen un diseño similar al de los ejemplares anteriores. Foto: Wikimedia
Los investigadores han descubierto una serie de granadas de piedra de 400 años de antigüedad grabadas con órdenes para que los soldados se protegieran de los enemigos en una sección de la Gran Muralla cerca de Beijing, informó Live Science el 26 de octubre. El descubrimiento revela la increíble diversidad de las primeras armas de pólvora utilizadas durante la dinastía Ming, que gobernó entre 1368 y 1644, según Tonio Andrade, profesor de historia en la Universidad Emory en Atlanta.
Los científicos creen que la pólvora se inventó en China en el siglo XIX. Al comienzo de la dinastía Ming, se utilizaban numerosos tipos de armas de pólvora en el este de Asia, incluyendo artefactos explosivos con apodos como "ratas voladoras", "ladrillos refractarios" y "bolas de fuego con púas de hierro". Según Xinhua, un equipo arqueológico encontró 59 granadas de piedra en las ruinas de un almacén dentro de la Gran Muralla en Badaling, una sección de la muralla construida por la dinastía Ming, a unos 80 kilómetros al noroeste de Beijing.
Estas granadas centenarias están hechas de piedra con un agujero perforado en el centro para llenarse de pólvora. Son similares en construcción a las granadas de piedra encontradas anteriormente, lo que sugiere que eran un arma común de los guardias a lo largo de la Gran Muralla durante la dinastía Ming. Después de llenarse de pólvora, la granada podía sellarse y lanzarse, no solo golpeando al enemigo sino también causando una explosión, según Shang Heng, investigador del Instituto de Arqueología de Beijing. Dijo que era la primera vez que se descubría un almacén de armas en la Gran Muralla.
Ma Lüwei, un arqueólogo especializado en historia militar de la antigua China, dijo que tales armas eran fáciles de fabricar y convenientes para que los soldados que estaban en la Gran Muralla las lanzaran a los enemigos invasores. Las primeras granadas solían incendiar objetos. Pero las fórmulas de la pólvora de la época todavía estaban diseñadas para maximizar el poder explosivo.
Además de las granadas, los arqueólogos también descubrieron los restos de una fortaleza de piedra cerca de la Gran Muralla, muchas torres de vigilancia, así como fogatas, estufas, palas y utensilios domésticos.
An Khang (según Live Science )
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