"Los acabamos de recibir, todavía no los hemos utilizado, pero pueden cambiar completamente el campo de batalla", dijo el comandante militar ucraniano Oleksandr Tarnavskyi en una entrevista a la cadena de televisión estadounidense CNN.
Imagen de bombas de racimo durante un evento en 2021 en Líbano. Foto: AP
Estados Unidos dijo la semana pasada que suministraría bombas de racimo a Ucrania, a pesar de las preocupaciones sobre los riesgos a largo plazo para los civiles.
El señor Tarnavskyi dijo que las fuerzas ucranianas no desplegarían armas en zonas densamente pobladas.
El presidente estadounidense, Joe Biden, dijo que la decisión era “muy difícil”, pero destacó que Ucrania necesitaba más munición para reponer sus existencias agotadas.
Estas controvertidas armas pueden dispersar cientos de pequeñas municiones y explosivos, que pueden permanecer sin explotar bajo tierra, lo que representa un riesgo para los civiles mucho después de que termina un conflicto.
Están prohibidas en muchos países –especialmente en Europa– que son signatarios de la Convención de Oslo de 2008, pero ni Rusia, ni Estados Unidos ni Ucrania son parte.
Rusia ha dicho que tomará "medidas de represalia" si Ucrania despliega el arma contra sus tropas en el campo de batalla.
Hoang Anh (según AFP, AP)
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