Los niños aún no han desarrollado plenamente la capacidad de controlar sus emociones. Es una reacción completamente natural que un niño anhele un juguete nuevo y exprese su decepción a través de lágrimas cuando no se lo dan.
Cuando los padres responden con nalgadas, inadvertidamente enseñan a sus hijos que la violencia es la forma de resolver los problemas cuando se sienten enojados o indefensos.
En lugar de pegarle a su hijo en el supermercado, los padres deberían ponerse a la altura de sus ojos y explicarle con calma pero con firmeza por qué no puede comprar un juguete en este momento. Cuando los niños entienden que sus sentimientos son respetados, pero que los límites se mantienen constantemente, gradualmente aprenden a controlar sus impulsos.
Además, los padres deben hablar con sus hijos antes de ir al supermercado sobre el propósito del viaje y las expectativas específicas. Si tu hijo entiende desde el principio que el viaje no incluye la compra de juguetes, la probabilidad de que haga una rabieta se reducirá enormemente. Si el niño comienza a llorar, los padres pueden redirigir la atención del niño o sugerir alternativas como poner el juguete en la lista para un próximo regalo de cumpleaños.
Las reacciones de los padres en público no sólo afectan a sus hijos sino que también reflejan el estilo educativo de la familia. Controlar sus propias emociones y enseñar a su hijo cómo manejar las emociones negativas con calma ayudará a construir una relación positiva entre padre e hijo y le enseñará a su hijo habilidades de vida importantes que usará a lo largo de su vida.
Organización no Gubernamental de Comercio (ONG) de NGUYEN
Fuente: https://baobinhduong.vn/khi-tre-me-nheo-noi-dong-nguoi-a345091.html
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