El escocés Sam Burns se mostró molesto porque el equipo de árbitros del Scottish Open escuchó la opinión de sus colegas fuera del campo y no le dio el derecho a despejar la pelota cuando estaba colgando sobre la pared.
"Los dos árbitros que estaban allí lo estaban mirando y dijeron que me darían una bola libre si el problema estaba fuera del obstáculo. De repente, alguien dijo 'no hay bola libre' por la radio. Ese fue el final de la discusión. Es frustrante cuando alguien que no estaba allí interviene de esa manera", dijo Burns a Golf Channel sobre el problema profesional después de la tercera ronda del Scottish Open el 15 de julio.
El torneo es parte del DP World Tour y está patrocinado por el PGA Tour, y se lleva a cabo en el par 70 Renaissance Course en Escocia. La frustración de Burns se produjo en el hoyo 10, par 5. En este hoyo, Burns golpeó la trampa de arena. Intentó salir en el segundo golpe. Sin embargo, la pelota golpeó la pared de la trampa, luego se soltó pero no cayó al fondo de la trampa. Cuelga suspendido de un mechón de hierba, como un nido de pájaro en miniatura que sostiene un huevo de gran tamaño.
El dilema de Burns.
Burns consultó al primer árbitro con la esperanza de dejar caer la pelota en un nuevo lugar. En ese momento, el golfista estadounidense de 26 años pensó que la posición actual no era un peligro y que el siguiente golpe impactaría el suelo justo delante de la bola.
El primer árbitro del DP World Tour vino a revisar y combinó la descripción vía walkie-talkie para que los colegas del área funcional pudieran comprender la situación y comparar las reglas.
Un segundo árbitro, del PGA Tour, también apareció para ayudar, pero después de 10 minutos todavía no había decidido cómo manejarlo. En ese momento se escuchó por la radio la orden de "no rescate". Según Golfweek , la persona que tomó la decisión fue el árbitro del DP World Tour, Mark Litton.
Burns y el árbitro estudian la situación del balón atascado en el borde de la trampa de arena. Foto: Golf Digest
Así que Burns tuvo que realizar el tercer tiro desde una posición precaria, con el pie derecho en la pared de la trampa y el otro pie afuera. El intento no tuvo éxito porque la pelota golpeó el borde frontal y rebotó hacia el fondo de la trampa, tal como había temido.
Con una nueva posición desde la arena, se escapó en el cuarto golpe, sumando cuatro golpes más para finalizar el hoyo 10 con un triple bogey, bajando el marcador a -5. A falta de ocho hoyos, Burns logró dos birdies y ningún bogey. Con este resultado se sitúa T18 (-7), a seis golpes del liderato de la tabla.
El liderazgo pertenece a Rory McIlroy. El golfista norirlandés ha competido en el torneo siete veces, pero aún no ha terminado entre los 10 primeros y tampoco ha ganado un torneo profesional en Escocia.
El fondo de premios para este Scottish Open es de nueve millones de dólares, de los cuales 1,575 millones de dólares corresponderán al campeonato.
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