Parecía que el año 2024 no podía ser peor para Boeing, pero el lunes, un 787 Dreamliner se estrelló repentinamente en pleno vuelo, enviando a decenas de pasajeros contra el techo y hiriéndolos. El piloto dijo que perdió temporalmente el control del avión, según CNN.
Afortunadamente, el piloto pudo recuperarse y aterrizar el avión de manera segura, pero aún no está claro qué causó que el vuelo de LATAM de Australia a Nueva Zelanda se estrellara tan gravemente. LATAM lo calificó de "problema técnico". Boeing dijo que está trabajando para recopilar más información.
Vuelo de LATAM deja más de 50 pasajeros heridos tras accidente repentino
La incesante serie de malas noticias para la compañía comenzó el primer fin de semana del año, cuando la puerta de un Boeing 737 Max de Alaska Airlines explotó poco después del despegue. Una investigación preliminar estadounidense descubrió que Boeing podría no haber instalado pernos en los llamados topes de puerta diseñados para evitar que la pieza salga despedida del avión.
Ese incidente provocó la paralización temporal de algunos aviones 737 Max en Estados Unidos, seguido de audiencias en el Congreso, retrasos en la producción y entrega, y múltiples investigaciones federales (incluidas algunas penales) que han hecho que las acciones pierdan una cuarta parte de su valor este año, reduciendo la valoración de mercado de la empresa en 40.000 millones de dólares.
Entre demandas, posibles multas y pérdidas comerciales, Boeing podría perder miles de millones de dólares más tras los incidentes.
Pero las malas noticias no acaban ahí. En febrero, los pilotos de un 737 Max de United Airlines informaron que los controles de vuelo se atascaron cuando el avión aterrizó en Newark. La Junta de Seguridad del Transporte de Estados Unidos (NTSB) está investigando. Hace dos semanas, la Administración Federal de Aviación (FAA) advirtió sobre problemas de seguridad con los equipos de descongelación de los modelos 737 Max y 787 Dreamliner que podrían provocar que los motores pierdan empuje. La FAA está permitiendo que los aviones sigan volando y Boeing dice que el problema no representa un riesgo de seguridad inmediato.
Luego, la semana pasada, Boeing recibió más malas noticias: según la NTSB, Boeing aún no ha proporcionado registros de la compañía que documenten los pasos tomados en la línea de ensamblaje para reemplazar el pestillo de la puerta de un avión de Alaska Airlines. El razonamiento de Boeing: esos registros en realidad no existen.
La FAA dijo que los problemas de seguridad y calidad de Boeing van mucho más allá de su incapacidad para producir la documentación. Al revisar los procesos y estándares de fabricación de Boeing, el representante de la FAA Mike Whitaker dijo el lunes que el regulador encontró problemas con aspectos "realmente críticos" de las líneas de producción y ensamblaje de Boeing.
Boeing dice que está abordando algunos de los problemas identificados por Whitaker. La FAA ha ordenado al fabricante de aviones que presente un plan para solucionar sus problemas de producción a finales de mayo.
Boeing se enfrenta a una crisis
“Con base en la revisión de la FAA, nuestras debilidades de calidad y el reciente informe del panel de expertos, continuamos realizando cambios inmediatos y desarrollando un plan de acción integral para mejorar la seguridad y la calidad, al tiempo que generamos confianza en los clientes y pasajeros”, dijo Boeing en el comunicado.
Las acciones de Boeing (BA) cayeron un 3% el lunes ante la noticia del aterrador vuelo de LATAM, y luego cayeron otro 4,5% el martes. Es la segunda acción con peor desempeño del S&P 500, solo detrás de Tesla.
Pero el mal comienzo de Boeing en 2024 tiene algo más que ver con el precio de sus acciones. El ilustre grupo aéreo entra en el nuevo año con su reputación ya muy dañada. Restaurar la confianza de las aerolíneas, los reguladores y los pasajeros se hace más difícil con cada nuevo incidente y mala noticia.
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