SGGP
El Instituto de Recursos Mundiales (WRI) acaba de publicar un informe que afirma que aproximadamente la mitad de la población mundial enfrenta un alto nivel de estrés hídrico durante al menos un mes al año. Se espera que la escasez de agua empeore.
El Instituto de Recursos Mundiales, un grupo de investigación centrado en los recursos naturales y cuestiones ambientales, ha colaborado con Aqueduct, un programa apoyado por una coalición de centros de investigación, universidades, gobiernos y empresas, para publicar un mapa que muestra la escasez de agua actual y futura. Según un análisis de WRI y Aqueduct, basado en datos de 1979 a 2019, es probable que la proporción de la población afectada aumente a casi el 60% para 2050.
“Alto estrés” significa que se ha utilizado al menos el 60% de los recursos hídricos disponibles, lo que genera competencia local entre diferentes usuarios. Actualmente hay 25 países que enfrentan niveles “extremadamente altos” de estrés hídrico, lo que significa que el desequilibrio entre su uso de agua y sus reservas de agua es de al menos el 80%. Algunos países como Bahréin, Chipre, Kuwait, Líbano, Omán, Chile… son los que afrontan la situación más grave. Se prevé que mil millones de personas más vivirán en condiciones de estrés hídrico extremadamente alto a mediados de siglo. “Nuestro análisis sólo muestra tendencias y promedios a largo plazo”, advierte Samantha Kuzma, gerente de datos y geoespaciales de Aqueduct y WRI. “No tiene en cuenta los picos que pueden tener efectos peores y más localizados”.
El mapa de pronóstico de asignación de agua del WRI también destaca el riesgo para la seguridad alimentaria. En consecuencia, el 60% de los cultivos de regadío están amenazados por un estrés hídrico extremadamente alto.
Según el WRI, alrededor del 31% del PIB mundial podría estar sujeto a un estrés hídrico alto o muy alto en 2050, en comparación con el 24% en 2010.
A nivel mundial, la demanda de agua ha ido aumentando de forma constante (duplicándose desde 1960) debido al auge de la agricultura de regadío, la creciente demanda de producción de energía, la industria y el crecimiento de la población.
De hecho, la tasa de aumento de la demanda de agua es incluso más rápida que la tasa de crecimiento de la población mundial, especialmente en los países en desarrollo.
Según los investigadores, el ciclo natural del agua está cambiando, provocando fuertes lluvias y sequías extremadamente severas. Como recurso, el agua se está volviendo cada vez más escasa a medida que los humanos y la mayoría de los seres vivos en la naturaleza necesitan más agua a medida que las olas de calor golpean con más fuerza.
Por ello, WRI afirma que el mundo se enfrenta a una crisis de agua sin precedentes, agravada por el cambio climático. Los autores del informe sostienen que limitar el impacto de la crisis del agua no costaría mucho, siempre que se mejore la gestión del agua. Calculan que se necesita alrededor del 1% del PIB mundial para abordar la subinversión crónica en infraestructura, cambiar los patrones de riego, centrarse en el desarrollo de soluciones basadas en la naturaleza, etc.
[anuncio_2]
Fuente
Kommentar (0)