El fútbol y la etnicidad

El racismo en el fútbol y otros ámbitos es una enfermedad persistente y no nueva. Entonces, ¿qué hay que hacer para cambiar esta situación?

El jugador inglés Bukayso Saka sufrió durante años la presión tras fallar el penalti decisivo en la última final de la Eurocopa. (Fuente: Reuters)

Los seres humanos siempre han anhelado sociedades basadas en la inclusión y el respeto mutuo. Todos queremos y merecemos vivir y ser tratados de manera igualitaria y armoniosa. La justicia, la religión, la cultura y las instituciones apuntan al objetivo de la felicidad individual, donde cada miembro de la sociedad pueda maximizar su verdadero potencial.

Los momentos en los que el jugador inglés Bukayo Saka marcó un excelente penalti contra Suiza en los cuartos de final de la Eurocopa 2024 seguramente permanecerán en los corazones de muchos fanáticos.

Tras el silbato del árbitro que dio por finalizado el partido de la tanda de penaltis entre Inglaterra y Suiza, los medios de comunicación se inundaron de elogios y comentarios alabando el talento de los jugadores Bukayo Saka, Ivan Toney, Trent Alexander Arnold y Jude Bellingham.

Sin embargo, la pregunta es: ¿por qué el apoyo de una parte de los medios de comunicación y de mucha gente es tan "condicional"? ¿Por qué muchas personas sólo alientan a los jugadores negros y africanos cuando tienen éxito, pero les dan la espalda cuando lamentablemente fracasan?

En un reciente curso de comunicación intercultural, nuestro líder del curso, un profesor australiano, contó una historia que dejó a todos los estudiantes sin palabras. En 1983, antes de debutar con Inglaterra, el jugador negro Cyrille Regis recibió un disparo en un poste. En 1988, a John Barnes, el primer jugador negro del Liverpool, le arrojaron un plátano. En 2007, Avram Grant, el primer entrenador judío de la Premier League con el Chelsea, recibió una andanada de críticas antisemitas tanto de los medios como de los aficionados.

Los aficionados al fútbol deben recordar que hace cuatro años, en la final de la Eurocopa 2020, tres jugadores ingleses negros fallaron penaltis en la tanda de penaltis contra Italia. El penalti decisivo lo falló Bukayo Saka, del Arsenal, y junto con Marcus Rashford y Jadon Sancho, recibió miles de mensajes de odio en línea.

Esta hostilidad se extiende más allá de las gradas y se ve amplificada por el anonimato de las redes sociales. Ese odio intencional continúa plagando la liga y lastima profundamente a los jugadores de color. Por lo tanto, el racismo en el fútbol y en otros ámbitos es una enfermedad persistente y no nueva.

¿Podría haber otros casos que involucren a personas de color de los que nunca hemos oído hablar o de los que nos resistimos a hablar?

En mi opinión, para mejorar la situación es necesario educar a las personas con pensamientos discriminatorios.

Como aficionado al fútbol y ciudadano común, creo que a la gran mayoría del público le gustaría ver programas de educación contra el racismo para crear conciencia y combatir los prejuicios y la discriminación.

Los talleres, las iniciativas de divulgación y las campañas contra el racismo pueden promover la tolerancia, la comprensión y combatir los prejuicios. Si esto se hace correctamente, ayudará a los fanáticos del fútbol a reconsiderar su comportamiento desagradable.

En términos más generales, los cursos de concientización racial contra el racismo y la opresión harían que la gente fuera consciente de que el lenguaje racista y abusivo no debe estar presente en ningún evento deportivo. Esto, a su vez, nos recuerda a cada uno de nosotros que debemos respetar a todos, tomar medidas proactivas y fomentar una cultura de diversidad, igualdad, inclusión y respeto.

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