La hambruna se ha cobrado la vida de casi 500 niños en Sudán después de cuatro meses de conflicto. (Fuente: Flickr) |
En una declaración del 22 de agosto, Save the Children afirmó que sólo en la capital, Jartum, al menos 50 niños, incluidos al menos 20 bebés, murieron de hambre o enfermedades relacionadas en un orfanato. Los combates entre el ejército sudanés y el grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) han impedido que el personal acceda al edificio para cuidar de los niños.
Desde que estalló la violencia en abril, Save the Children se ha visto obligada a cerrar 57 centros de atención nutricional, dejando a 31.000 niños en todo el país sin tratamiento para la desnutrición y enfermedades relacionadas. En las 108 instalaciones que la agencia aún mantiene operativas, las reservas de alimentos están "seriamente agotadas".
"Nunca pensamos que veríamos a tantos niños morir de hambre, pero ésta es la realidad en Sudán", afirmó el Dr. Arif Noor, director de Save the Children en Sudán.
Ante la disminución del acceso humanitario, “la comunidad internacional debe intensificar sus esfuerzos y trabajar no solo para aumentar la financiación, sino también para encontrar soluciones comunes que garanticen que los alimentos y la asistencia tan necesarios puedan llegar de forma segura a los niños y las familias de todo Sudán, incluidos aquellos atrapados por los combates”, afirmó Arif Noor.
La semana pasada, los jefes de 20 organizaciones humanitarias internacionales advirtieron que más de 6 millones de sudaneses estaban al borde de la hambruna.
Save the Children trabaja en Sudán desde 1983. En 2022, la organización llegó directamente a 2,1 millones de personas, incluidos 1,5 millones de niños, con programas centrados en la protección infantil, el acceso a una educación de calidad, el apoyo sanitario y nutricional y la respuesta a emergencias.
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