En su informe Perspectivas Económicas Globales, publicado el 6 de junio, el Banco Mundial (BM) pronosticó que la economía mundial crecerá un 2,1 % en 2023, cifra superior al 1,7 % previsto en enero. Sin embargo, esta cifra sigue siendo inferior al crecimiento del 3,1 % del año pasado, según Reuters.
El logotipo del Banco Mundial en una conferencia en Indonesia
Las perspectivas para este año han sido mejoradas debido a que las principales economías han demostrado ser más resilientes de lo esperado a pesar del aumento de los costos de endeudamiento, dijo el Banco Mundial.
Estados Unidos agregó 339.000 empleos en mayo, más de lo esperado, a pesar de que la Reserva Federal aumentó su tasa de interés de referencia 10 veces en los últimos 15 meses. El Banco Mundial elevó su pronóstico de crecimiento para Estados Unidos este año al 1,1%, aún débil, pero muy superior a su pronóstico de enero del 0,5%. Se espera que China crezca un 5,6% este año, frente a su pronóstico de enero del 4,5%.
Por otro lado, según este informe semestral, el crecimiento en 2024 es del 2,4%, inferior al 2,7% previsto en la evaluación de enero. Esto se debe a los efectos retardados de las políticas de ajuste monetario de los bancos centrales y al aumento de las condiciones crediticias, que han debilitado la inversión.
El Banco Mundial cree que es probable que la economía mundial se desacelere significativamente este año debido al impacto de las altas tasas de interés, la inflación prolongada, la crisis bancaria, la guerra en Ucrania y la pandemia de Covid-19.
Indermit Gill, economista jefe y vicepresidente del Banco Mundial, calificó el informe de sombrío y predijo que la desaceleración sincrónica del año pasado continuará este año.
Se prevé que las economías avanzadas crezcan sólo un 0,7%, una marcada reducción respecto del 2,6% de 2022. Esa sería una de las tasas de crecimiento más débiles del grupo en cinco décadas.
El Sr. Gill dijo que dos tercios de las economías en desarrollo crecerán menos que en 2022, lo que afectará gravemente los esfuerzos para recuperarse de la pandemia y reducir la pobreza, aumentando la crisis de la deuda pública.
“Para finales del próximo año, un tercio de los países en desarrollo no habrán alcanzado los niveles de ingreso per cápita que tenían a fines de 2019”, predijo Gill.
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