Según datos satelitales preliminares de la agencia de investigación espacial brasileña INPE, el mes pasado se talaron 226 kilómetros cuadrados de selva tropical en la Amazonia. La cifra representa una caída significativa respecto del récord de 322 kilómetros cuadrados de deforestación registrado en el mismo período del año pasado en la selva tropical más grande del mundo.
En febrero de este año, se registró la tala de solo 226 kilómetros cuadrados de selva amazónica, un 30% menos que en el mismo período del año pasado - Foto: Guardian
Si bien la cifra sigue siendo mayor que el promedio de nueve años de 173 kilómetros cuadrados para el mes, aún puede verse como un éxito inicial notable de los esfuerzos del gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva para prevenir y apuntar a poner fin a la deforestación ilegal para 2030.
Sin embargo, la lucha por proteger la selva amazónica aún tiene muchos desafíos por delante, porque la amenaza al mayor "pulmón" del planeta no proviene sólo de los madereros ilegales, sino también del cambio climático.
Un estudio de la Universidad de Santa Catarina, Brasil, en febrero de este año encontró que hasta la mitad de la selva amazónica podría alcanzar un punto crítico en 2050 debido al estrés hídrico, la tala de tierras y el cambio climático.
Durante 65 millones de años, la Amazonia ha resistido el cambio climático, pero ahora la región enfrenta un estrés sin precedentes por la sequía, el calor, los incendios y la tala de tierras, que están penetrando incluso las zonas más profundas del bioma, según el autor del estudio, el Dr. Bernardo Flores.
Esto está cambiando la función de los bosques, provocando que en muchas zonas produzcan menos lluvia que antes, convirtiendo los sumideros de carbono en emisores de carbono. Las consecuencias tendrán profundos impactos en la población local y la región.
La Amazonia alberga más del 10% de la biodiversidad terrestre de la Tierra, almacena entre 15 y 20 años de emisiones globales de CO2, contribuye hasta el 50% de las precipitaciones de la región y es vital para proporcionar humedad en América del Sur, ayudando a enfriar y estabilizar el clima mundial.
Quang Anh (según Reuters y The Guardian)
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