Obligar a los docentes a enseñar a través de centros puede facilitar el control de esta actividad, pero plantea una serie de otros problemas.
Los estudiantes toman clases adicionales en un centro de tutoría en la ciudad de Ho Chi Minh - Foto: NHU HUNG
La nueva circular sobre enseñanza complementaria del Ministerio de Educación y Formación está atrayendo la atención del público.
¿Tienes que estudiar más porque el programa es pesado?
De hecho, para muchos padres y estudiantes, la necesidad de clases adicionales no es sólo para mejorar la transmisión de conocimientos, sino también para elegir un profesor que les agrade en términos de métodos de enseñanza.
Si se mira desde esta perspectiva, se puede ver que la nueva regulación parece limitar un poco esa elección, o tal vez complicar la gestión educativa.
De hecho, la enseñanza y el aprendizaje adicionales se han convertido desde hace mucho tiempo en una parte "indispensable" del sistema educativo vietnamita. Nos guste o no, la necesidad de clases extra por parte de estudiantes y padres es enorme, especialmente en el contexto de programas educativos cada vez más pesados, junto con la presión constante de los exámenes.
El Ministerio emitió una nueva circular para reforzar las actividades de tutoría con el objetivo de enmarcarlas, garantizar la transparencia, la equidad y evitar la negatividad, lo cual es necesario.
La normativa que establece que los profesores no deben impartir clases extraescolares a los alumnos regulares proviene de una realidad de larga data.
Muchos profesores obligan a los estudiantes regulares a tomar clases adicionales en sus materias para obtener mejores calificaciones o acceder a contenidos ampliados. Este enfoque no sólo ejerce presión sobre los estudiantes sino que también distorsiona los objetivos de la educación.
Por lo tanto, es adecuada una gestión estricta para evitar el abuso y la opresión de los estudiantes.
Sin embargo, la tutoría no es del todo negativa. Si las clases adicionales se imparten de forma voluntaria y están adecuadamente organizadas, constituyen una necesidad legítima para los estudiantes y una fuente importante de ingresos para los profesores.
Obligar a los profesores a impartir clases extra a través de los centros puede facilitar al Estado el control de esta actividad, pero da lugar a una serie de otros problemas.
No todas las localidades cuentan con un sistema suficiente de centros de tutoría estándar, especialmente en zonas alejadas del centro de la ciudad. Esto da como resultado que los estudiantes y los padres se vean limitados a la hora de elegir profesores adecuados, lo que reduce la flexibilidad en la educación.
Además, las tasas de matrícula en los centros suelen ser más elevadas que las de las clases particulares directas con profesores, lo que causa dificultades económicas a muchas familias.
Uno de los aspectos más preocupantes de la nueva regulación es que restringe significativamente la libertad de los docentes para enseñar. La tutoría no es sólo una forma de obtener ingresos adicionales, sino también una oportunidad para que los profesores mejoren su experiencia y apoyen a los estudiantes que necesitan conocimientos adicionales.
Cuando los profesores se ven obligados a ir al centro, pierden su iniciativa en la enseñanza. Además, muchos profesores competentes que no quieran trabajar en un entorno de centro perderán oportunidades de enseñanza, mientras que los padres no podrán elegir al profesor más adecuado para sus hijos.
La tutoría no se trata sólo de adquirir conocimientos, sino también de métodos de enseñanza e interacciones entre profesores y estudiantes. Cuando están atados a un único sistema central, es posible que los estudiantes no encuentren profesores que coincidan con su estilo de aprendizaje. Esta es una deficiencia importante que la nueva regulación debe tener en cuenta para corregir.
¿Cómo registrarse de forma transparente para recibir tutorías?
En lugar de prohibir por completo las tutorías extracurriculares, una solución más factible podría ser establecer un sistema de gestión transparente que permita a los docentes registrarse para enseñar fuera de la escuela, pero deben cumplir ciertas condiciones.
Por ejemplo, se puede exigir a los docentes que informen sobre las listas de estudiantes, asegurándose de que no se superpongan con las clases regulares para evitar la negatividad.
Al mismo tiempo, es posible solicitar un formulario de licencia para que los docentes impartan clases adicionales fuera de la escuela, garantizando que aquellos con capacidad y ética profesional puedan seguir enseñando.
Además, también es necesario mejorar la calidad de la enseñanza formal para reducir la necesidad de clases extras innecesarias.
Si el currículo está bien diseñado, el tiempo de estudio es apropiado y los profesores tienen tiempo suficiente para dar clases, los estudiantes no necesitarán estudiar demasiado extra.
Al mismo tiempo, las escuelas pueden organizar clases de tutoría gratuitas o cobrar tarifas razonables, brindando a los estudiantes más oportunidades de consolidar sus conocimientos sin tener que buscar clases adicionales afuera.
Si es obligatorio pasar por centros de tutoría, debe haber una política razonable para garantizar que las tarifas no sean demasiado altas y que los docentes tengan un ingreso acorde. Ampliar la red de centros de tutoría a zonas remotas también es necesario para evitar que los estudiantes no dispongan de lugares adecuados para estudiar.
Enseñar y aprender más es una necesidad real y no se puede eliminar por completo. Si bien es necesaria una gestión estricta para evitar la negatividad, también se necesitan ajustes razonables para garantizar los derechos de los estudiantes, los padres y los maestros.
Una política rígida puede tener consecuencias no deseadas. En lugar de una prohibición absoluta, una dirección más razonable es construir un sistema de gestión flexible que combine control y facilitación para profesores y estudiantes.
Fuente: https://tuoitre.vn/lam-sao-de-hai-hoa-giua-quan-ly-va-thuc-te-day-them-hoc-them-20250209165923401.htm
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