El presidente francés, Emmanuel Macron, llegó a Alemania el 26 de mayo y tuvo una agenda repleta con el canciller Olaf Scholz, una señal de la ambición de los dos líderes de aportar más unidad a la Unión Europea (UE).
La visita de tres días muestra que las relaciones franco-alemanas siguen siendo fuertes, a pesar de los informes de profundos desacuerdos entre los dos líderes. El presidente Macron y el canciller Scholz han expresado su apoyo a Ucrania, pero sus enfoques respecto del apoyo a Kiev difieren: Alemania es más cautelosa a la hora de proporcionar armas a Ucrania. A pesar de sus diferencias, el canciller Olaf Scholz dijo que las dos partes tenían “muy buenas relaciones personales” reflejadas en consultas regulares. El poder de la cooperación especial surge incluso cuando los dos países tienen diferentes puntos de vista sobre cuestiones individuales.
Esta es la primera visita de Estado de un presidente francés desde la del expresidente Jacques Chirac a Berlín en 2000. Aunque Macron viaja regularmente a Berlín para reunirse con el primer ministro Olaf, la visita de Estado se lleva a cabo a un nivel más alto de protocolo, con más ceremonia y formalidad.
El presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, recibe al presidente Macron en Berlín, en su residencia oficial, el Schloss Bellevue, el 26 de mayo. Los dos líderes también viajaron a las ciudades de Dresde y Münster, en el oeste de Alemania, para visitar sitios en los que los dos países cooperan en materia de innovación tecnológica o seguridad.
El objetivo de la visita es encontrar puntos de conexión entre Francia y Alemania en temas como tecnología, innovación e inteligencia artificial, explicó Jeanette Süẞ, investigadora del Comité de Relaciones Franco-Alemanas (Cerfa), con sede en París. La energía nuclear sigue siendo un tema espinoso entre ambos países. Alemania cerrará su última central nuclear en 2023, en marcado contraste con Francia, que depende de la energía nuclear para el 70% de sus necesidades eléctricas.
El viaje del presidente Macron se produce en un momento en que las encuestas de opinión sugieren que los partidos euroescépticos podrían obtener una mayoría en las próximas elecciones de la UE. Por ello, la decisión de Francia y Alemania, los dos miembros más influyentes de la UE, de fortalecer sus relaciones mientras el viejo continente afronta numerosos desafíos se considera una señal positiva. Esta relación especial sigue siendo un pilar de la política exterior de ambos países y una fuerza impulsora de la integración en la UE.
SUR
Fuente: https://www.sggp.org.vn/cung-co-quan-he-post741719.html
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