El hormigón es un producto que está constantemente expuesto a duras condiciones ambientales, lo que provoca la aparición de grietas y riesgo de corrosión. Por lo tanto, las estructuras de hormigón requieren un mantenimiento constante, lo cual resulta costoso y poco práctico.
Investigaciones anteriores han demostrado que el hormigón puede autocurarse si sus ingredientes contienen tipos específicos de bacterias.
Sin embargo, el mayor desafío es encontrar una manera de mantener vivas las bacterias a largo plazo sin dañar la estructura de hormigón.
Científicos de la Universidad de Drexel (EE.UU.) han encontrado una solución innovadora a este problema utilizando endosporas envueltas en hidrogel y una capa protectora de polímero.
Gracias a ello han inventado con éxito el hormigón BioFiber, con capacidad de auto-reparar las grietas una vez formadas.
En la producción de hormigón BioFiber se utiliza una fibra de polímero especial. Estas fibras de polímero tienen una doble función: fortalecen el hormigón y crean un mecanismo de autocuración.
Estas fibras de polímero están rodeadas por una capa de hidrogel, en cuyo interior hay bacterias inactivas (endosporas) que pueden "dormir" en condiciones adversas, pero pueden revivir cuando el entorno se vuelve favorable.
El hormigón de biofibra se puede utilizar igual que el hormigón normal. Sin embargo, su peculiaridad sólo se hace evidente cuando aparecen grietas.
A medida que el agua se filtra a través de las grietas, la capa de hidrogel se disuelve y las bacterias latentes se despiertan. Las bacterias comienzan a comer carbono y calcio del hormigón circundante, formando carbonato de calcio, un aglutinante que actúa para rellenar las grietas.
BioFiber puede autosellar grietas en solo 1 o 2 días después de su aparición. Según los investigadores, el hormigón BioFiber simplificará los requisitos de mantenimiento de los edificios y también reducirá las emisiones de CO2 de la producción de hormigón.
(según Hightech)
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