Una estrategia económica adecuada, suficiente para hacer frente a los intereses y protegerlos, manteniendo al mismo tiempo una política comercial flexible y resistente y mejorando la cooperación internacional son factores importantes para "coexistir bien con los gigantes".
Es posible que Trump no sólo mantenga las mismas políticas que en su primer mandato, sino que incluso pueda ser más duro. (Fuente: Getty Images) |
En una entrevista exclusiva con Meet the Press de NBC News el 6 de diciembre, el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, no dudó en describir cambios importantes y afirmó que los implementaría inmediatamente después de asumir el cargo el 20 de enero de 2025.
La primera entrevista televisiva de Trump tras su contundente victoria el 5 de noviembre, que duró más de una hora en la Torre Trump de Manhattan, reveló todavía su franqueza característica y no dio señales de cambiar su postura en el último minuto, desde la inmigración, el conflicto Rusia-Ucrania… hasta la política económica. Incluso el señor Trump acepta el inconveniente: "no puede garantizar que el pueblo estadounidense no tenga que pagar un precio más alto debido a su política de impuestos a las importaciones".
¿Se acerca una tormenta?
Con el mensaje “Make America Great Again”, desde los primeros días de llegar a la Casa Blanca en su primer mandato como Presidente, el señor Trump implementó una serie de fuertes políticas comerciales, tratando de desplegar una estrategia para controlar las relaciones comerciales desequilibradas, cuando la mayor economía del mundo está importando demasiado de sus socios; proteger los empleos de los trabajadores estadounidenses y promover las industrias nacionales; atraer inversiones de nuevo a los EE.UU.
En consecuencia, su administración ha hecho pleno uso de la Ley de Comercio de Estados Unidos para imponer impuestos a los bienes importados, apuntando a socios con grandes déficits comerciales, especialmente China. Estos aranceles siguen vigentes en Washington, incluso bajo el mandato del presidente Joe Biden. En otras palabras, la administración Trump tiende a tratar al comercio como un “paciente” enfermo que necesita tratamiento, y no hay mejor medicina que imponer aranceles a los bienes importados.
Con su segunda elección presidencial, muchos expertos pronostican que la “administración 2.0” de Donald Trump no sólo mantendrá las políticas de su primer mandato, sino que podría ser más dura, como aumentar los aranceles y aplicar medidas de protección comercial a los bienes importados; promover una estrategia para renegociar los acuerdos comerciales internacionales para beneficiar mejor a la economía de Estados Unidos; Minimizar la participación de Estados Unidos en organizaciones comerciales internacionales o acuerdos multilaterales porque no es rentable, o incluso intensificar la guerra comercial con grandes competidores como China y la UE, presionando a la otra parte para que cambie políticas comerciales que se consideren injustas para Estados Unidos.
Una de las primeras medidas que tomó Trump tras ser elegido presidente fue anunciar públicamente que impondría un impuesto del 25% a los productos procedentes de Canadá y México; Al mismo tiempo, se impuso un impuesto adicional del 10% a las importaciones de productos chinos... Aunque todavía no se ha emitido oficialmente, esto se considera una señal de que el comercio mundial tendrá muchas tormentas en el futuro.
La Sra. Barbara Weisel, ex representante comercial adjunta de Estados Unidos, dijo que la amenaza de Trump de aumentar los impuestos no son sólo palabras vacías, porque en realidad, el presidente estadounidense tiene mucho poder sobre la política comercial internacional, si se da cuenta de que esto realmente afecta a la economía.
“La prioridad número uno de la administración Trump 2.0 es equilibrar el comercio global, al tiempo que encuentra formas de reducir la competitividad de los bienes importados con respecto a los bienes producidos localmente. El aumento de los aranceles de importación también se considera una fuente de ingresos para compensar las reducciones de impuestos internos y fortalecer la producción nacional. “Por lo tanto, los nuevos desafíos en el ámbito comercial son reales y se harán realidad”, afirmó Weisel.
Aprende a adaptarte
Durante su primer mandato, el Sr. Trump dejó una fuerte huella en la política comercial mundial, desde retirarse del Acuerdo Transpacífico (TPP), declarar una guerra comercial con China... Cada política emitida por la mayor economía del mundo tiene un profundo impacto no sólo a nivel interno, sino también en la economía global, especialmente en los países con estrechas relaciones comerciales con Estados Unidos.
Si bien China respondió enérgicamente con medidas de represalia, las economías que no son rivales dignos de Estados Unidos han optado por proteger sus intereses y minimizar los impactos negativos mediante estrategias de respuesta flexibles, basadas en el mantenimiento o la expansión de las relaciones comerciales bilaterales y multilaterales.
China es el principal socio comercial de Estados Unidos, pero también el principal objetivo de la guerra comercial de Trump. Además de tomar represalias con aranceles a las importaciones estadounidenses, Beijing ha buscado diversificar sus socios comerciales, incluyendo una mayor cooperación con la UE y los países de la Iniciativa del Cinturón y la Ruta. Al mismo tiempo, promover la reforma económica interna y el desarrollo tecnológico para reducir la dependencia de los EE.UU.
La actitud de la UE hacia su aliado clave es un poco diferente: reacciona enérgicamente a las políticas arancelarias y promueve la cooperación en el marco de la OMC para oponerse a las políticas proteccionistas de Estados Unidos. La UE también busca fortalecer los acuerdos de libre comercio con socios globales como Japón y Canadá.
Mientras tanto, los países de la ASEAN y Japón están siguiendo una estrategia de distensión y cooperación para minimizar los impactos negativos y la dependencia de Estados Unidos. Paralelamente al fortalecimiento de las relaciones económicas con Estados Unidos, Japón está promoviendo la liberalización del comercio regional a través de acuerdos como la Asociación Económica Integral Regional (RCEP). Las economías de la ASEAN continúan manteniendo relaciones comerciales tanto con Estados Unidos como con China, al tiempo que buscan nuevas oportunidades de cooperación con socios en diferentes regiones.
México y Canadá, que son “vecinos” con estrechas relaciones comerciales con Estados Unidos a través del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), han buscado renegociar los términos del antiguo acuerdo para proteger sus intereses, en el Tratado Estados Unidos-México-Canadá (T-MEC). Los dos países también están buscando proactivamente reducir su dependencia del mercado estadounidense, especialmente en los sectores manufacturero y exportador.
Los analistas comentaron que desde una perspectiva global, la política económica de Trump 2.0 seguirá creando grandes desafíos para los países de todo el mundo, incluidas las principales economías, al verse obligadas a adaptarse a las medidas de protección comercial y las duras políticas comerciales de Estados Unidos. Sin embargo, frente a una economía gigante y potencial como la de Estados Unidos, en lugar de simplemente confrontar, los países seguirán buscando “vivir juntos” y cooperar, reformarse internamente y diversificar las relaciones externas para minimizar los impactos negativos.
Fuente: https://baoquocte.vn/chung-song-tot-voi-ong-donald-trump-297095.html
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