A las 6 de la mañana hice un paseo por el sendero, disfrutando del aire ligeramente frío típico del viejo bosque. Cada respiración y cada paso son lentos, como tomar una taza de café por la mañana para comenzar un nuevo día. Estaba listo para las primeras tomas del día para capturar el momento vibrante del bosque.
El sol salió, cuando los rayos de sol de color amarillo pálido penetraron a través de las hojas, fue también el momento en que comenzó la sinfonía de "pájaros cantando, gibones cantando". Cuando la hierba cubierta de rocío se tiñó con la luz dorada del sol, vi un gran muntjac que salía lentamente de entre los arbustos.
Pasos vacilantes, mitad queriendo moverse, mitad queriendo detenerse, con momentos de quietud y miradas cautelosas. Durante la temporada de lluvias, la hierba crece verde y los herbívoros, como los ciervos y los búfalos, eligen libremente los exuberantes campos de hierba verde para llenar sus estómagos hambrientos.
En el rincón del bosque se oían los cantos de los pájaros que se especializaban en buscar alimento en el suelo. La perdiz colicorta, la perdiz, el gallo de la selva, la avefría… comenzaron a contar sus propias historias. Se puede escuchar el susurro de los pollos cavando en busca de comida, el salto rítmico del pájaro de cola de pozo o el claro canto del zorzal de ojos de fuego en el bosque de bambú.
El bosque con su dosel entrelazado ayuda a los animales a esconderse fácilmente. En este ajetreo, el sonido es la señal más fácil para ayudarme a orientarme y elegir el ángulo correcto para tomar fotografías y capturar estos momentos vívidos.
A medida que la luz del sol se hizo más intensa y las sombras de los árboles se acortaron, el bosque me indicó que la “hora dorada” de las fotografías hermosas había terminado. Los animales se esconden en la sombra de los árboles para evitar el sol, el espacio se vuelve más tranquilo.
La familia de gibones de mejillas rojas saluda el nuevo día con el llamado del padre, luego los otros miembros se suman y tejen algunas notas en la canción hasta que la madre gibón termina cada canción con un clímax. Después de unos cuantos movimientos, toda la manada desapareció entre las copas de los árboles centenarios.
El sol sale alto en el cielo, que es también el momento en que los rayos del día penetran a través de muchas capas de la copa de los árboles para tocar el suelo del bosque, despertando el bullicio del rico y misterioso bosque tropical de aquí.
Los bosques de la región sureste son así, durante la época de lluvias el bullicio se concentra al amanecer. Por la tarde llegaron las lluvias y arrastraron la tierra roja con huellas en el camino. A veces la lluvia dura varias horas, a veces termina a medianoche. Pero sea corta o larga, la lluvia trae consigo el bullicio de la noche, lo que seguramente complacerá a todos aquellos curiosos por escuchar al bosque contar historias.
Revista Heritage
Kommentar (0)