Hay hojas de papel tan delgadas que la luz pasa a través de ellas, pero son más pesadas que una promesa. Como la hoja A4 que la cantante Thuy Tien publicó hace años, un trozo de papel que ella consideraba una prueba de transparencia. Una declaración manuscrita, sin sellos, sin facturas, sin estados de conciliación y sin confirmación de ningún tercero que no fuera ella misma. Lo único que queda es… la fe. Y desafortunadamente esa confianza fue destrozada por el filo del papel.
Thuy Tien fue considerada en el pasado un bello símbolo del voluntariado: la "diosa de Vietnam Central" en medio de las devastadoras inundaciones. Pero entonces, un simple trozo de papel y unas cuantas declaraciones inapropiadas hicieron que esa imagen se tambaleara. El problema no es la bondad en el corazón, sino la manera de expresar la bondad de una manera poco profesional, sin cualificaciones, haciendo que la gente incluso se sienta ingenua.
Desde el informe de auditoría de 100 páginas de Pham Thoai hasta la serie de escándalos de caridad anteriores, el público todavía no puede dejar de preguntar: ¿A dónde fue el dinero? |
Pensé que ese tropiezo sería una llamada de atención para los artistas. Pero no. Algunas caras famosas –quizás por ignorancia o por fe en la naturaleza cortoplacista de la memoria colectiva– siguen cometiendo los mismos errores. Como el caso reciente del TikToker Pham Thoai, quien recaudó más de 16,7 mil millones de VND para apoyar a un niño con una enfermedad grave.
El comienzo está lleno de imágenes emotivas. A esto le siguió una gran muestra de apoyo por parte de la comunidad en línea. Pero luego hubo un silencio, largo y confuso. Cuando fue interrogado por la opinión pública, Pham Thoai organizó una sesión transmitida en vivo, luego permaneció en silencio y luego publicó un informe de auditoría financiera de más de 100 páginas, con un sello de auditoría y un sistema de gráficos técnicos.
Formalmente fue un informe limpio. Pero desafortunadamente, llegó demasiado tarde. La transparencia que sólo llega cuando se asume una posición pasiva no es más que una excusa. El lector no encuentra una sensación de confianza, sino más bien un esfuerzo de afrontamiento para sentirse seguro.
Más importante aún, tras una inspección más detallada, el informe reveló muchas deficiencias: una transacción no se realizó a tiempo y no fue aceptada por el auditor. Muchos pagos en efectivo ascendían a decenas de millones de dongs, pero no había recibos y nadie se presentó para confirmarlos. Un informe que dice haber sido auditado pero que contiene demasiadas lagunas obsoletas no es más que una legitimación del descuido.
La gente no necesita un texto enorme para comprender. Lo único que necesitan es un estado de cuenta oportuno, unas cuantas líneas que aclaren: a dónde fue el dinero, a quién fue, qué facturas o recibos había y quién lo verificó. En la historia de la caridad, lo que el público necesita no es un informe para ser “leído”, sino claridad para ser “entendido”.
Si miramos más ampliamente, podemos ver un punto común en los escándalos de caridad de los últimos tiempos: mucha buena voluntad, pero falta de habilidades contables. El artista Hoai Linh dejó una vez más de 14 mil millones de VND en su cuenta durante medio año, mientras la gente en las zonas afectadas por las inundaciones luchaba todos los días. Cuando se le preguntó, dio una serie de razones, desde las circunstancias, epidemias, hasta... todo tipo de cosas objetivas, pero no era en absoluto su responsabilidad. La caridad no tiene fecha límite, pero sí hay una línea muy frágil: la lentitud es desconsiderada y el silencio se malinterpreta con facilidad.
Tran Thanh también cayó en el vórtice de la opinión pública y se vio obligado a hacer una declaración de más de 1.000 páginas de transacciones. El público no sólo "escudriña" las cantidades de dinero, sino que también ve la confusión de un artista famoso ante la exigencia de transparencia financiera. En esa historia, la caridad de repente se convierte en un espejo que refleja la laxitud en la responsabilidad: cuanto más se explica, más se raya la imagen.
Todos estos casos, cada uno diferente, nos traen la misma lección: las buenas intenciones, por grandes que sean, no sustituyen a la habilidad y la responsabilidad. Los artistas no necesitan ser contadores, pero si reciben dinero en nombre de la comunidad, no pueden actuar como si estuvieran gastando dinero personal.
El informe de Pham Thoai, por muy meticuloso que sea, no borra el hecho de que apareció demasiado tarde. Más que ser una medida proactiva para demostrar responsabilidad, es más bien una medida para “calmarse” después de que ha estallado una crisis. Y cuando una persona ha mostrado demasiados defectos, la sospecha es inevitable. Porque la confianza, una vez rota, es muy difícil de sanar.
No se necesitan 100 páginas de auditoría, sólo unas cuantas líneas oportunas de transparencia. Una hoja de papel A4 solía ser un símbolo de fe, pero cuando la fe rasga los bordes del papel, todo se vuelve dudoso. Desde Thuy Tien hasta Pham Thoai, la caridad requiere más que sólo corazón: también requiere habilidades, responsabilidad y honestidad ante el público. |
Fuente: https://congthuong.vn/hon-100-trang-kiem-toan-khong-tra-loi-noi-cau-hoi-tien-di-dau-381474.html
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