En una semana, más de 1.000 científicos de universidades estadounidenses firmaron una carta abierta al presidente estadounidense Joe Biden y al Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca. Steven Kivelson y Peter Michelson, dos profesores de física en Stanford, dijeron que la velocidad de la recolección de firmas y el nivel de apoyo reflejaban un deseo de extender el acuerdo.
“Entre los objetivos más importantes de la investigación académica se encuentran la búsqueda de nuevos conocimientos sobre el mundo natural y la formación de la próxima generación de científicos . Esto se logra mejor con la participación de científicos de todo el mundo ”, dice la carta.
El Acuerdo de Cooperación en Ciencia y Tecnología (ACT) entre Estados Unidos y China se firmó por primera vez en 1979, cuando Washington y Beijing establecieron relaciones diplomáticas. Desde entonces, la STA se ha renovado cada cinco años. Aun así, las crecientes preocupaciones de Estados Unidos sobre el robo de propiedad intelectual y las capacidades militares de China han llevado a los legisladores a cuestionar la extensión.
El 10 de junio, 10 miembros del Partido Republicano enviaron una carta instando al Secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, a no extender el acuerdo. Argumentan que China seguirá buscando oportunidades para explotar las asociaciones STA para avanzar en sus objetivos militares y, en algunos casos, socavar la soberanía estadounidense.
La semana pasada, el Departamento de Estado dijo que Estados Unidos estaba buscando una extensión de seis meses del STA mientras negocia con Beijing para “revisar y fortalecer” los términos del acuerdo.
En la carta abierta, los profesores señalaron que la información de investigación relacionada con los riesgos de seguridad nacional “debería clasificarse” según la Directiva de Decisión de Seguridad Nacional 189, mientras que la investigación básica en las universidades estadounidenses “está destinada a estar disponible públicamente” y “no debería clasificarse”. Durante las últimas cuatro décadas, el acuerdo ha proporcionado un marco para las conexiones entre pueblos y los intercambios educativos, aportando “grandes beneficios” a Estados Unidos, señala la carta.
“Podemos dar fe de que cortar los lazos con China afectaría directa y negativamente nuestra propia investigación, el trabajo de nuestros colegas y/o la misión de nuestras universidades”, afirma la carta. “Estados Unidos debería extender su apoyo no porque China lo quiera, sino porque es lo mejor para sus intereses”.
(Según Nikkei)
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