Es la última señal de que algunas partes de México están teniendo dificultades para hacer frente al crimen organizado.
Armados con rifles y palos, con los rostros cubiertos por bufandas, los niños y niñas marcharon alrededor del campo deportivo local esta semana antes de unirse a una patrulla en Ayahualtempa, un pueblo de montaña en el estado de Guerrero, México.
Niños sostienen armas antes de una ceremonia para unirse a la policía comunitaria, días después de que un grupo armado secuestrara a cuatro personas de la comunidad, en Ayahualtempa, estado de Guerrero, México, el 24 de enero de 2024. Foto: REUTERS
“No podemos estudiar por la anarquía”, dijo a Milenio TV un adolescente reclutado. El niño explicó cómo aprendió a disparar después de unas cuantas lecciones.
La violencia se ha intensificado recientemente en Guerrero, uno de los estados más pobres de México. A principios de enero, un ataque con drones que se cree fue llevado a cabo por el cártel de drogas La Familia Michoacana mató a unas 30 personas.
En Ayahualtempa, cuatro miembros de una familia local se encuentran desaparecidos desde el viernes cuando fueron secuestrados, según la Fiscalía del estado de Guerrero.
Antonio Toribio, un funcionario local, dijo que los adolescentes estaban reforzando la fuerza policial voluntaria y harían todo lo posible para proteger al pueblo de unos 700 residentes mientras los adultos buscaban a los desaparecidos. “No permitiremos que nos secuestren más”, afirmó Toribio.
No es la primera vez que menores de edad son armados en Guerrero, donde las autoridades luchan por combatir a poderosas bandas de narcotraficantes.
Mai Van (según Reuters)
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