Ha Giang es siempre un misterio para aquellos apasionados por explorar la naturaleza majestuosa. Hay muchas maneras de llegar a Ha Giang, pero los mochileros siempre intentan encontrar nuevas rutas para acercarse, como ir desde Bac Ha, Lao Cai, siguiendo el río Chay a través de Xin Man hasta Hoang Su Phi para disfrutar del paisaje de campos en terrazas en la ladera de la montaña, o viajar en el viento de la heroica Carretera 4, a lo largo de la frontera desde Cao Bang directamente a Meo Vac.
Quizás lo más interesante es tomar un barco a través del lago Ba Be en Bac Can, hasta la cascada Dau Dang, luego desembarcar en Bac Me, desde allí seguir la carretera de Du Gia hasta Dong Van y regresar al legendario paso Ma Pi Leng.
Ha Giang es hermoso en cualquier estación, esa es la opinión de la mayoría de las personas que han estado aquí. Para mí, la primavera y el otoño son los momentos en que el paisaje y la cultura de Ha Giang aparecen con mayor claridad. Empecemos con la primavera, la época más tranquila para la agricultura en las tierras altas.
El sonido de los búfalos arando y la risa alegre de la multitud que plantaba arroz resonaron en el valle. En la calle, grupos de fotógrafos llevaban lentes enormes y disparaban continuamente. En las laderas altas, las familias Mong hacen fila para arrojar granos de maíz a las rocas.
En las tardes de abril, las laderas de las montañas se difuminan con el humo de los campos en llamas. Las laderas despejadas de las montañas revelaron nuevo suelo rojo bajo la luz del sol.
En mayo, cuando llega el agua, la gente la conduce hábilmente hacia los campos utilizando troncos de bambú partidos y apilados uno sobre otro, a cientos de metros de distancia de los barrancos. Los campos en terrazas llenos de agua brillan como miles de espejos plateados en la ladera.
Verde hasta el otoño, las colinas comienzan a cambiar de ropa, los campos en terrazas son de un amarillo brillante, los fotógrafos corren ansiosamente de un lado a otro para encontrar los campos en terrazas verdes para resaltar la imagen de la estación dorada.
Los mercados están llenos de gente y de actividad, con hombres y mujeres jóvenes vestidos con coloridas ropas de brocado compitiendo para mostrar sus talentos en el festival. Junto a la puerta de la casa sobre pilotes, las flores del melocotonero y del ciruelo se mezclan con la niebla de la mañana.
Los graneros están llenos de arroz y el maíz está colgado en el porche y en la cocina. Cuando sopla el viento frío, la tranquila y gris meseta de piedra contiene la respiración, esperando solo una bocanada más de viento, entonces miles y miles de capullos de flores de trigo sarraceno florecerán, las diminutas flores como granos de tiempo cambiando gradualmente de verde, blanco, morado, rosa, a morado oscuro. Inclínate un poco, de modo que las pequeñas flores queden a la altura de los ojos, y verás cómo el campo de flores se expande, extendiéndose sin fin a través de las verdes montañas.
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