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| Tras la decisión de Arabia Saudita y Rusia de extender los recortes de producción de petróleo, el precio del crudo Brent cotizó por encima de los 90 dólares el barril, el precio más alto desde noviembre de 2022. (Fuente: AFP) |
El 5 de septiembre, Arabia Saudita extendió su recorte voluntario de producción de petróleo crudo de 1 millón de barriles por día hasta finales de este año. Los recortes llevarán la producción de crudo de Arabia Saudita a casi 9 millones de barriles por día en octubre, noviembre y diciembre, y el nivel de los recortes se revisará mensualmente.
Rusia, el segundo mayor exportador de petróleo del mundo, también anunció una extensión de su decisión de reducir voluntariamente las exportaciones en 300.000 barriles por día hasta finales de 2023.
Por el lado ruso, el viceprimer ministro Aleksandr Novak dijo que la extensión de los recortes voluntarios del suministro de petróleo tiene como objetivo fortalecer las medidas preventivas adoptadas por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y sus socios (OPEP+) para mantener la estabilidad y el equilibrio en el mercado petrolero.
Tras el anuncio, el precio del crudo Brent de referencia cotizó por encima de los 90 dólares el barril, su nivel más alto desde noviembre de 2022. Anteriormente, los precios del petróleo crudo negociados en julio alcanzaron los 80 USD/barril.
Al comentar la decisión de los dos gigantes petroleros mundiales, Bob McNally, presidente de Rapidan Energy Group, con sede en Washington, dijo que Arabia Saudita y Rusia han "mostrado solidaridad y determinación" en la gestión de los precios del petróleo que corren el riesgo de aumentar drásticamente.
Justin Alexander, director de la consultora Khalij Economics, dijo que la decisión de Arabia Saudita de recortar la producción adicional parece haber hecho subir los precios y que la oferta se reducirá en el cuarto trimestre de 2023.
"Sin embargo, los esfuerzos mencionados tienen un precio", enfatizó.
El director de la consultora Khalij Economics señaló que la producción actual de Arabia Saudita es de unos 9 millones de barriles/día, muy inferior a la capacidad de 12 millones de barriles/día, el nivel de explotación antes del recorte.
A principios de agosto, el gigante petrolero de Arabia Saudita, Aramco, informó ganancias en el segundo trimestre de 2023 por 30.080 millones de dólares, un 38% menos que en el mismo período de 2022, cuando los precios del petróleo se dispararon debido al conflicto entre Rusia y Ucrania.
La compañía dijo que la disminución de las ganancias "refleja principalmente el impacto de los precios más bajos del petróleo crudo y los márgenes más débiles de refinación y de productos químicos".
Goldman Sachs cree que los precios del petróleo podrían subir el próximo año si ambos países no levantan sus drásticos recortes de suministro. El banco pronostica que el crudo Brent estará a 86 dólares en diciembre y a 93 dólares a finales de 2024.
Goldman Sachs ahora ve “dos riesgos al alza” para el mercado petrolero mundial.
En primer lugar, el suministro de petróleo de Arabia Saudita caerá en 500.000 barriles por día en comparación con las previsiones anteriores. “Eso solo añadiría 2 dólares al precio del barril de petróleo”, enfatizó el banco.
En segundo lugar, el banco esperaba que la OPEP+ mantuviera los recortes de producción de petróleo hasta fines de 2024. En ese momento, los precios del crudo Brent podrían subir a 107 dólares por barril en diciembre de 2024.
Goldman Sachs destacó: "La estrategia de la OPEP+ podría ser contraproducente"
Aunque el aumento de los precios del petróleo ayudará a Arabia Saudita a equilibrar su presupuesto y a Rusia a aumentar sus ingresos. Pero si los precios del petróleo se mantienen en tres dígitos, los productores de esquisto estadounidenses aumentarán la oferta para bajar los precios. Además, el aumento de los precios del “oro negro” podría estimular una mayor inversión en energía limpia.
Otra razón por la que la OPEP+ podría no querer un petróleo a 100 dólares es la “importancia política de los precios de la gasolina en Estados Unidos”, dijo el banco. Los presidentes de Estados Unidos no quieren que los precios de la gasolina se disparen, especialmente antes de una elección.
El asesor de seguridad nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan, dijo que el presidente Joe Biden está centrado en “tratar de hacer todo lo que esté a su alcance para reducir los precios de la gasolina para los consumidores estadounidenses”.
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