Al regresar al Capitolio después de las vacaciones de Semana Santa, el presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Mike Johnson, se reunirá con los miembros restantes de la Cámara de Representantes el 9 de abril, con una “montaña de trabajo” por delante, que incluye nada más que “dolores de cabeza”.
Johnson no sólo tiene una larga lista de prioridades pendientes y controvertidas en su agenda, desde vigilancia extranjera sin orden judicial hasta ayuda a Ucrania, sino que la amenaza de ser destituido de su cargo como presidente de la Cámara de Representantes pesa sobre su cabeza.
El descontento de la representante Marjorie Taylor Greene con el señor Johnson ha estado latente durante algún tiempo. La situación llegó a un punto crítico después de que la Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobara un proyecto de ley de 1,2 billones de dólares para financiar las operaciones del gobierno durante el resto del año fiscal. Como los correligionarios republicanos de Johnson se opusieron en gran medida al acuerdo, éste fue aprobado con un apoyo demócrata abrumador.
La Sra. Greene y varios otros conservadores de línea dura acusaron a Johnson de traicionarlos y ponerse del lado de los demócratas. Antes de que el Congreso de Estados Unidos entrara en un receso de dos semanas, el representante de Georgia presentó una petición de impeachment, lo que habría llevado a una votación para destituir a Johnson.
La congresista aún no ha logrado que la moción sea sometida a votación inmediata, pero la considera una “advertencia” para Johnson. Aún no está claro cuántos republicanos de la Cámara de Representantes apoyarían la destitución del presidente.
Sin embargo, dada la escasa mayoría que tiene el Partido Republicano, si sólo unos pocos miembros de la Cámara de Representantes “asienten”, Johnson podría ser eliminado, a menos que sea “rescatado” por el Partido Demócrata. Y esto tampoco es seguro.
La semana pasada, Johnson anunció una votación sobre ayuda adicional a Ucrania, después de que Greene le advirtiera específicamente contra hacer otro acuerdo con los demócratas para lograr la aprobación del paquete en la Cámara de Representantes de Estados Unidos.
Si la Sra. Greene va más allá, corre el riesgo de reavivar otra batalla prolongada por el puesto de presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, menos de seis meses después de que Johnson asumiera el poderoso mazo de manos de su predecesor Kevin McCarthy .
Minh Duc (según Bloomberg, AP)
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