El análisis, publicado el 31 de agosto en la revista Science, se basa en un nuevo modelo informático desarrollado por un equipo de científicos con sede en China, Italia y Estados Unidos.
El cráneo y la mandíbula inferior del Homo heidelbergensis, una antigua especie humana que vivió hace unos 500.000 años. Foto: Reuters
El método estadístico utiliza información genética de 3.154 genomas humanos actuales. Según las investigaciones, aproximadamente el 98,7% de los ancestros humanos se han perdido. Los investigadores sostienen que la disminución de la población está vinculada a lagunas en el registro fósil.
“Este nuevo descubrimiento abre una nueva área en la evolución humana porque plantea muchas preguntas, como dónde vivieron estos individuos, cómo sobrevivieron a cambios climáticos catastróficos y si la selección natural durante el período de cuello de botella aceleró la evolución del cerebro humano”, dijo el autor Yi-Hsuan Pan, de la Universidad Normal del Este de China, en un comunicado.
Los investigadores proponen que el cuello de botella poblacional coincidió con cambios dramáticos en el clima durante un período conocido como la transición al Pleistoceno. Las edades de hielo se hicieron más largas e intensas, dando lugar a temperaturas más bajas y condiciones climáticas muy secas.
Los científicos creen que el control del fuego, así como el cambio climático en una dirección más adecuada para la vida humana, pueden haber contribuido al rápido crecimiento demográfico que se produjo hace unos 813.000 años.
Los autores señalan que la evidencia más temprana del uso del fuego para cocinar alimentos se remonta a hace 780.000 años en el área que hoy es Israel.
El ADN antiguo ha revolucionado nuestra comprensión de las poblaciones humanas pasadas; el ADN humano más antiguo data de hace unos 400.000 años.
El modelo informático utiliza la enorme cantidad de información contenida en el genoma humano moderno sobre el cambio genético a lo largo del tiempo para inferir el tamaño de la población en puntos específicos del pasado. El equipo utilizó secuencias genéticas de 10 poblaciones africanas y 40 no africanas.
Mai Anh (según CNN)
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