La Casa Blanca se prepara para imponer nuevos aranceles a una variedad de bienes de consumo el 2 de abril, una medida que ha generado críticas de los líderes internacionales y preocupaciones sobre la posibilidad de que los precios sean más altos para los consumidores. El presidente Donald Trump dijo que no estaba preocupado.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, el 28 de marzo. (Fuente: Reuters) |
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo el 29 de marzo que no advirtió a los ejecutivos de la industria automotriz sobre los aumentos de precios cuando entraron en vigencia los aranceles a los automóviles fabricados en el extranjero, y le dijo a NBC News que "no le importa" si lo hicieron.
En la entrevista, Donald Trump dijo que un arancel fijo sobre los automóviles fabricados en el extranjero impulsaría las fábricas estadounidenses y creía que la medida conduciría a un aumento de las ventas de automóviles producidos en el país. “Espero que suban los precios, porque si lo hacen la gente comprará coches fabricados en el país”, dijo.
El presidente Trump ha dicho que sólo consideraría negociar aranceles “si la gente está dispuesta a darnos algo de gran valor”.
Los aranceles son parte de su esfuerzo por impulsar la manufactura estadounidense y reducir el déficit comercial del país. Su política comercial ha sido un foco importante de su presidencia, en medio de tensiones constantes con importantes socios comerciales.
Según CBS News , el presidente Donald Trump llamó al 2 de abril "Día de la Liberación", marcando un importante paso adelante en su política "Estados Unidos Primero" con un plan para imponer impuestos generalizados para promover la producción nacional. Sin embargo, los expertos advierten que esta medida podría aumentar las tensiones comerciales globales, hacer subir los precios y desestabilizar la economía estadounidense.
La administración Trump planea imponer aranceles en línea con las barreras comerciales que los países imponen a los productos estadounidenses. Aunque el objetivo es reducir el déficit comercial y estimular la producción interna, el aumento de los precios de las importaciones podría perjudicar a los consumidores estadounidenses.
Según Colin Grabow, del Instituto Cato, “los aranceles son esencialmente un impuesto que pagan los consumidores”. Mientras tanto, los analistas advierten que esta política podría debilitar el PIB e impactar negativamente la inversión empresarial debido a la inestabilidad psicológica.
El señor Trump espera que la política fiscal obligue a las empresas a trasladar la producción de nuevo a Estados Unidos. Sin embargo, los expertos dicen que una tasa impositiva del 10-20% no es suficiente para revertir la tendencia de trasladar la producción al exterior. Los costos laborales en muchos países siguen siendo significativamente más bajos que en Estados Unidos, lo que hace que la “reslocalización” sea menos atractiva.
Además, la incertidumbre sobre la sostenibilidad de las políticas fiscales también hace que las empresas piensen cuidadosamente antes de invertir en la producción nacional.
Como se espera que las empresas trasladen gran parte del costo de los aranceles a los consumidores, los precios de los bienes podrían aumentar, impulsando la inflación a niveles preocupantes.
Según Oxford Economics, si el impuesto de importación promedio aumenta al 10% en abril, la inflación podría aumentar otros 0,5 puntos porcentuales, lo que afectaría directamente la vida de las personas.
Aunque el Sr. Trump cree que la política fiscal ayudará a Estados Unidos a recuperar "dinero y respeto", su efectividad real sigue siendo un gran interrogante. ¿Esta medida realmente beneficiará a la economía estadounidense a largo plazo o simplemente aumentará las tensiones comerciales globales? La respuesta aún está por venir.
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Fuente: https://baoquocte.vn/tuyen-bo-khong-ban-tam-neu-gia-tang-sau-ngay-giai-phong-van-cuoc-cua-tong-thong-trump-co-dua-nganh-san-xuat-my-hoi-sinh-309374.html
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