El código del alto coeficiente intelectual está oculto en lo profundo de dos partes del cuerpo del niño.
Para ayudar a las personas a comprender claramente cómo el cerebro humano percibe y controla el cuerpo, el neurocirujano canadiense Penfield dibujó el famoso “Mapa de Penfield” después de realizar muchas investigaciones.
Mira el "enano" en la imagen de la izquierda. Sus dedos y boca son extremadamente grandes, pero sus extremidades y cuerpo son delgados. ¿Crees que sus proporciones son particularmente extrañas? Esto se debe a la proporción de células nerviosas en el cerebro que controlan cada parte del cuerpo humano.
De esto podemos ver que la primera parte grande es el dedo, la segunda parte grande es la boca. El cerebro es muy sensible a la información de estas dos partes. Durante los primeros años de vida, el cerebro se desarrolla a un ritmo increíble, con decenas de miles de neuronas estableciendo conexiones cada segundo. Los niños que exploran el mundo con las manos o la boca todos los días pueden estimular la mayoría de las áreas del cerebro y profundizar todo el sistema nervioso.
Para decirlo sin rodeos, que un niño sea inteligente o no, que su cerebro pueda moverse lo suficientemente rápido o no y cuál sea su potencial dependen de cuánto utilice estas dos partes cuando es joven.
1. Mano
Las yemas de los dedos son donde se concentran la mayor cantidad de nervios. Con solo mover el dedo, puedes activar 1/3 del área motora y 1/4 del área sensorial del cerebro. Por eso a los dedos también se les llama “tentáculos del cerebro”.
Jugar es una tarea obligatoria para el niño. Para desarrollar la inteligencia de su hijo, comience con las manos y promueva el desarrollo del cerebro proporcionando una variedad de estímulos en las yemas de los dedos.
Antes de los 3 años, deje que su hijo coloree, pegue pegatinas, rompa papel y juegue con libros animados. A los 3 años, tu bebé puede doblar origamis, ensartar cuerdas, jugar con barro, hacer rompecabezas, armar rompecabezas y practicar movimientos de los dedos. Los niños pueden jugar con cualquier cosa, siempre que sea seguro.

Tomemos como ejemplo los bloques de construcción: antes de ensamblarlos, los niños necesitan hacer un modelo en su mente y luego ensamblar cada pieza de memoria. ¿Cómo sujetarlo, cómo colocarlo y qué hacer si comete un error? Todo el proceso requiere la cooperación de las manos, los ojos y el cerebro para completarse. Parece muy simple, pero cada acción y cada pensamiento pueden hacer que las neuronas se conecten más profunda y ampliamente.
La experiencia rica y refinada con la punta de los dedos no solo activa el pensamiento sino que también mejora la capacidad de cálculo y la conciencia espacial. Un estudio de la Universidad de Hiroshima en Japón muestra que cuanto más hábiles sean los dedos de un niño, mayor será su capacidad para pensar lógicamente y calcular, y más activamente podrá resolver problemas matemáticos.
Los niños con dedos ágiles tienen mejor conciencia espacial, saben cómo escribir los trazos y la distancia entre ellos. Por eso, cuando empiezan a aprender a escribir, a menudo escriben con más claridad que los niños normales.
2. Boca
El área alrededor de la boca alberga muchos nervios que se conectan directamente al cerebro. Cuando masticamos los alimentos, la información se transmite al cerebro a través de los cinco sentidos, activando todas las regiones cerebrales, incluida la corteza prefrontal, que ayuda a las personas a planificar el futuro, la autogestión y la resolución de problemas, y el hipocampo, que es responsable de la memoria y la conciencia espacial.
Además, masticar también puede promover el desarrollo de los músculos masticatorios, ayudando a los niños a hablar con más claridad y fuerza. Por lo tanto, dejar que los niños mastiquen bien desde una edad temprana no sólo ayuda al bazo y al estómago, sino que también mejora las habilidades de expresión del lenguaje y desarrolla un cerebro más inteligente.
Al comer, se involucran los sentidos del tacto, el gusto, el oído, la vista y el olfato de su bebé. La corteza prefrontal dará al niño instrucciones correspondientes sobre la textura de la comida y cómo comerla.
Por lo tanto, a la hora de complementar la alimentación de los bebés, los padres deben proceder paso a paso. Por supuesto, a medida que los niños crecen, es necesario preparar algunos alimentos masticables todos los días, especialmente para el desayuno. Masticar adecuadamente puede estimular el cerebro para que secrete serotonina y aumente el flujo sanguíneo en el cerebro. Esto puede mejorar la atención y la memoria del niño, permitiéndole más libertad para afrontar los diversos desafíos que presenta el aprendizaje.
Después de todo, las manos y la boca son las partes más estrechamente conectadas al cerebro. Pueden estimular fuertemente la mayoría de áreas del cerebro y ayudar a que innumerables circuitos neuronales en los niños se desarrollen continuamente.
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Fuente: https://giadinh.suckhoedoisong.vn/tre-co-thong-minh-hay-khong-phu-thuoc-vao-2-bo-phan-nay-cha-me-tham-khao-de-giup-con-phat-trien-tri-nao-hoc-hanh-gioi-giang-172241022165914553.htm
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