A principios de esta semana, 43 soldados de Myanmar huyeron al estado indio de Mizoram después de que sus bases militares fueran atacadas por rebeldes. Casi 40 personas fueron devueltas por las autoridades indias a través de otro cruce fronterizo situado varios cientos de kilómetros al este.
Alojamiento temporal para ciudadanos de Myanmar que huyen a la India. Foto: Reuters
El ejército de Myanmar lleva décadas luchando contra insurgencias étnicas y de otro tipo. Pero el golpe de 2021 ha obligado a estas fuerzas a trabajar más estrechamente juntas, lo que supone el mayor desafío hasta ahora para el gobierno militar de Myanmar.
Los líderes militares del país han ordenado a todos los empleados gubernamentales y aquellos con experiencia militar que se preparen para servir en caso de emergencia.
Zaw Min Tun, portavoz del líder militar de Myanmar, dijo el 15 de noviembre por la noche que el ejército estaba enfrentando “fuertes ataques de un número significativo de insurgentes armados” en los estados de Shan, Kayah y Rakhine.
El Sr. Zaw Min Tun dijo que algunas posiciones militares habían sido evacuadas y que los rebeldes habían utilizado drones para lanzar cientos de bombas sobre puestos militares.
“Estamos tomando medidas urgentes para protegernos eficazmente contra los ataques con drones”, dijo un portavoz militar.
El golpe de 2021 frustró las esperanzas de reforma y desató protestas en pueblos y ciudades, lo que llevó a las fuerzas rebeldes a levantarse y apoderarse de grandes zonas.
Los gobiernos occidentales han vuelto a imponer sanciones al gobierno militar de Myanmar y han pedido la liberación de Aung San Suu Kyi y otros políticos y activistas pro democracia.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, está profundamente preocupado por “la expansión del conflicto en Myanmar” y pide a todas las partes que protejan a los civiles, dijo un portavoz.
Hoang Ton (según Reuters)
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