El expresidente de Estados Unidos Donald Trump (Foto: Reuters).
Durante su primer mandato como presidente, el Sr. Trump implementó el mayor aumento de impuestos en Estados Unidos desde la Gran Depresión, apuntando a China, Canadá, la Unión Europea (UE), México, India y muchas otras economías.
Estos países también respondieron imponiendo aranceles a la soja, el vino, el jugo de naranja y las motocicletas estadounidenses.
Como resultado, las exportaciones agrícolas estadounidenses se han desplomado, obligando a la administración Trump a gastar 23 mil millones de dólares para ayudar a los agricultores a compensar las pérdidas.
Ahora, en su campaña de reelección, el multimillonario estadounidense promete escalar la guerra comercial a una escala mucho mayor.
En varias entrevistas, Trump ha revelado planes para imponer un impuesto del 10% a la mayoría de las importaciones y un impuesto del 60% o más a los productos procedentes de China.
Según el argumento de Trump, los aranceles impulsarán las fábricas estadounidenses, reducirán la brecha entre importaciones y exportaciones y aumentarán las oportunidades de empleo para los estadounidenses.
El ex presidente creía que los aranceles a las importaciones revitalizarían la industria manufacturera estadounidense, reducirían la dependencia de productos extranjeros y darían a las empresas estadounidenses una ventaja competitiva sobre los productos baratos de China y otros países.
Pero los estudios muestran que las políticas de Trump están aumentando los precios tanto para los consumidores como para las fábricas estadounidenses que dependen de insumos extranjeros, al tiempo que reducen las exportaciones de algunos bienes tomados como represalia.
En una carta reciente, 16 premios Nobel de Economía expresaron su preocupación por los riesgos que una administración reelegida de Trump plantearía para la economía y el estado de derecho.
En el aspecto práctico, los ejecutivos de sectores como el comercio minorista y el alcohol temen que los aranceles puedan inflamar las tensiones, elevar los costos de producción y una vez más obligarlos a cerrar importantes mercados extranjeros.
Las exportaciones de vino estadounidense a Europa cayeron un 20% inmediatamente después de que la UE impusiera un arancel de represalia del 25% al whisky. Esto se considera la respuesta del bloque a la política arancelaria impuesta por la administración Trump a las industrias del acero y el aluminio.
Además, los aranceles chinos han incrementado el costo de importar bienes para los minoristas, obligándolos a aumentar los precios o reducir sus ganancias.
“Necesitamos una política comercial, no más aranceles”, declaró David French, vicepresidente ejecutivo de relaciones gubernamentales de la Federación Nacional de Minoristas. “Lo único que ha hecho el equipo de Trump es interrumpir la cadena de suministro y costarles a los consumidores 220 000 millones de dólares”.
"El expresidente Trump ve el comercio como un juego de suma cero, donde tú ganas, yo pierdo, y viceversa. Ciertamente, así no es como funciona el comercio", dijo French.
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Fuente: https://dantri.com.vn/the-gioi/ong-trump-nham-den-cuoc-chien-thuong-mai-lon-hon-neu-tai-dac-cu-20240628154536161.htm
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