En 2015, Nokia lanzó la Ozo VR, una cámara profesional de 60.000 dólares para realidad virtual (VR). Sin embargo, en 2017, la compañía decidió retirarse de este mercado para centrarse en la tecnología de salud digital. Ahora, Nokia regresa al espacio de la imagen con una nueva propuesta: anuncia la "primera cámara 5G de 360 grados del mundo para aplicaciones industriales".
El dispositivo se puede montar en vehículos móviles, drones o en lugares de vigilancia.
El dispositivo se llama Nokia 360 Camera, capaz de transmitir video 8K con audio espacial y conectividad de baja latencia. La cámara admite una variedad de opciones de conectividad: 5G, Wi-Fi y Ethernet. La versión sólo con Wi-Fi es la de menor precio y está destinada al uso industrial; el dispositivo no se venderá al público general. En particular, la variante 5G está diseñada para funcionar en temperaturas, condiciones climáticas y circunstancias extremas.
Esta cámara está diseñada para ser muy duradera con resistencia al agua IP67 y a los golpes. Además, promete brindar protección contra el robo de información, gracias a su software de seguridad avanzado combinado con hardware de seguridad incorporado.
La cámara Nokia 360 está diseñada para funcionar con la solución de software Nokia Real-time eXtended Reality Multimedia (RXRM). Esto permite utilizar el dispositivo en el control remoto de equipos industriales, en la monitorización remota y en la inspección, así como en el apoyo a investigaciones ambientales. En el vídeo promocional de Nokia, puede funcionar en drones como flycams.
Esta es la primera cámara de 360 grados conectada 5G del mundo.
El software de Nokia ofrece video de 360° con 3D OZO Audio y ayuda a las empresas a crear funciones de realidad extendida.
La cámara Nokia 360 se utiliza en la mina Pyhäsalmi, la mina más profunda de Europa, para investigación y desarrollo (I+D) y capacitación de operadores remotos por parte de Callio Pyhäjärvi, una empresa finlandesa.
Desde que perdió su corona en telefonía móvil a principios de la década de 2010, Nokia ha experimentado varias transformaciones notables para reformular su posición en la industria de la tecnología. Después de vender su división de dispositivos y servicios móviles a Microsoft en 2013 por 7.200 millones de dólares, Nokia se ha retirado casi por completo del campo que la hizo famosa. Aunque Microsoft intentó hacerse cargo y desarrollar la línea de teléfonos Lumia, estos esfuerzos no tuvieron éxito y el negocio finalmente cerró en 2017.
En la era posterior a la telefonía, Nokia centró su atención en las redes de telecomunicaciones y la tecnología de infraestructura. La adquisición de Alcatel-Lucent por 16.600 millones de dólares en 2016 ayudó a la compañía a ampliar su competitividad en la industria, especialmente en el mercado norteamericano. Hoy en día, Nokia es uno de los principales proveedores de infraestructura de redes 4G y 5G a nivel mundial, compitiendo directamente con grandes nombres como Ericsson y Huawei.
Aún así, Nokia no ha abandonado por completo su negocio de telefonía móvil. En 2016, la empresa licenció la marca a HMD Global, una empresa finlandesa fundada por ex empleados de Nokia. Luego, HMD Global revivió la marca Nokia con teléfonos inteligentes y teléfonos con funciones Android, centrándose en el segmento de precios asequibles y la nostalgia por la calidad duradera.
Paralelamente, Nokia también entró en el sector de la tecnología médica. Su adquisición de Withings, una empresa francesa de tecnología sanitaria, en 2016 mostró su ambición de desarrollar dispositivos de salud digitales como relojes inteligentes de monitoreo de salud y dispositivos IoT. Aunque ya no es un nombre líder a los ojos del consumidor común, Nokia se ha reposicionado silenciosamente como un gigante en los sectores de infraestructura industrial y tecnológica, especialmente en el segmento B2B.
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