GĐXH - ¿Qué niños tienen más probabilidades de vivir felices cuando crezcan? es la pregunta que los expertos de la Universidad de Harvard llevan 75 años intentando responder.
En 1938, Alex Burke, presidente del Departamento de Medicina de la Universidad de Harvard, propuso un plan de investigación para descifrar el "secreto de la felicidad humana".
Para ello, los expertos siguieron a 724 hombres de diferentes orígenes durante 75 años. Estas personas se dividieron en dos grupos: el grupo 1 eran estudiantes de la Universidad de Harvard y el grupo 2 eran personas con circunstancias difíciles que vivían en Boston.
A lo largo de 75 años, el estudio pasó por cuatro directores y su realización costó 20 millones de dólares.
Con el tiempo, los 724 hombres que participaron en el estudio crecieron, se casaron, tuvieron éxito y se desarrollaron según sus propias decisiones. Algunas personas se convierten en empresarios e ingenieros exitosos, mientras que otros luchan y "no encuentran una salida".
Una investigación de la Universidad de Harvard muestra que las personas que tienen relaciones armoniosas con familiares, amigos, colegas, etc., a menudo tienen cuerpos más saludables y se sienten más felices. Ilustración
Finalmente, los resultados del estudio mostraron que la felicidad de una persona no está relacionada con la educación, el estatus, la fama o la riqueza, sino que depende de los siguientes tres factores:
1. Buenas habilidades sociales y fuertes conexiones sociales.
En la vida cotidiana, muchas personas suelen decir que los niños con buenas habilidades sociales suelen tener un futuro bastante bueno.
Esto se debe a que los humanos son siempre sociales y, una vez que ingresan a la sociedad, las actividades sociales son inevitables.
En circunstancias normales, las personas con buenas habilidades sociales a menudo pueden establecer conexiones más estrechas con las personas que las rodean.
Esa se convertirá en la premisa para tener más conexiones, encontrar formas de resolver más problemas, obtener más influencias positivas en el proceso de crecimiento y desarrollo posterior.
No sólo eso, lo que es aún más interesante es que los niños con fuertes habilidades sociales son más saludables y más activos a medida que crecen.
Por el contrario, los niños con escasas habilidades sociales después de la mediana edad parecen ser relativamente solos y tener un rápido declive de la función física, especialmente de la función cerebral.
2. Calidad de las relaciones
En este estudio, la Universidad de Harvard descubrió que lo que determina la felicidad humana no es el número de parientes, sino la calidad de las relaciones que tenemos.
Por ejemplo, algunas personas tienen amigos en todo el mundo , pero no tienen conexión en intereses ni sentimientos, no pueden hablar entre sí, por lo que normalmente siguen sintiéndose solos.
Por el contrario, algunas personas solo tienen 1 o 2 amigos, pero son cercanos, se preocupan y comparten entre sí, por lo que el sentimiento de felicidad es mucho mayor.
Por lo tanto, al guiar a los niños a establecer sus primeras relaciones personales, los padres deben ayudarlos a comprender la naturaleza de la interacción humana.
Se trata de hacer que ambos se sientan cómodos, felices y a gusto, en lugar de mantener una relación de mala calidad.
El período socialmente sensible de un niño ocurre principalmente entre los 2 y los 6 años. La forma en que un niño hace amigos en esta etapa sentará las bases para hacer amigos más adelante.
Durante esta etapa, los niños deben participar en más actividades sociales, alentarlos a comunicarse activamente, enseñarles a compartir y cooperar, dar el ejemplo, guiarlos con paciencia y mejorar sus buenas habilidades sociales.
Como padres, no sólo queremos que nuestros hijos logren algo en el futuro, sino también que puedan vivir felices. ¿Qué pasa si el logro y la felicidad entran en conflicto? ¿Cómo elegir? ¿Debemos sacrificar la felicidad de nuestros hijos por sus logros o debemos aferrarnos a logros inciertos y sacrificar la felicidad?
Sin saber cuál es su elección, pero sobre la base de garantizar la felicidad de sus hijos, muchas personas harán todo lo posible para guiar a sus hijosa explorar su potencial y esforzarse por alcanzar sus propios logros, sin compararse con nadie más.
Porque la felicidad puede hacer felices a los niños y mantener sus mentes en un estado positivo, haciéndoles más fácil concentrarse y trabajar de forma más efectiva. Un niño con un corazón feliz tendrá más coraje para enfrentar los desafíos de la vida y más confianza para perseguir sus sueños.
Para la felicidad de sus hijos, los padres deben ser conscientes de preservar y mantener su relación matrimonial, dando un buen ejemplo a sus hijos desde pequeños. Ilustración
3. Ser amado y cuidado
Además de las dos características mencionadas, los investigadores también hicieron un gran descubrimiento: si una persona sigue siendo consciente del amor y el cuidado de quienes le rodean, vivirá de forma más optimista y saludable.
Algunas personas viven hasta bien entrados los 80 años y aún conservan muy buenos recuerdos. Por el contrario, otros sienten que no tienen a nadie en quien confiar y sufren pérdida de memoria.
Los investigadores explican que cuando establecemos una relación íntima con alguien a quien amamos, recibimos amor, comprensión y tolerancia de la otra persona.
En este caso, ambas partes siempre tienen un ambiente de vida muy armonioso y compatible, lo que trae efectos positivos tanto a nivel mental como físico.
Por eso, encontrar la pareja adecuada para estar siempre juntos, cuidarse y amarse también es algo extremadamente importante en la vida de todos, incluso es la elección más importante.
Además, una relación cálida entre padre e hijo nos trae constantemente alegría, satisfacción y seguridad, haciéndonos cada vez más felices en la vida.
Por lo tanto, para la futura felicidad de nuestros hijos, debemos hacer todo lo posible para mantener una relación cálida entre padres e hijos, para que este amor y calidez los acompañen durante toda su vida.
A través de las tres características anteriores, podemos encontrar una cosa en común, y es que los niños que crecen felices pueden establecer relaciones más estrechas con amigos, amantes o familiares.
Como padres, si quieren que sus hijos crezcan con este rasgo, deben ayudarlos a establecer “relaciones saludables” desde una edad temprana.
Sólo cuando los niños sienten la alegría y la satisfacción de llevarse bien con los demás por parte de sus padres, estarán llenos de esperanza y coraje, enfrentarán el entorno exterior con una actitud más positiva y participarán en actividades sociales más apropiadas.
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Fuente: https://giadinh.suckhoedoisong.vn/dai-hoc-harvard-nhung-nguoi-hanh-phuc-o-tuoi-truong-thanh-thuong-co-chung-3-dac-diem-nay-tu-khi-con-nho-172241126103727522.htm
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