El oro cobra más brillo a ojos de los inversores como refugio seguro
Los precios del oro han estado fluctuando fuertemente últimamente. En marzo de 2022, cuando comenzó el conflicto de Ucrania, el oro cotizaba a 2.069 dólares la onza antes de venderse y caer a casi 1.600 dólares la onza en septiembre de 2022. En marzo de 2023, los precios del oro se habían recuperado con fuerza después del colapso del Silicon Valley Bank, superando la marca de los 2.000 dólares la onza antes de volver a caer. El oro se enfrenta actualmente a una serie de factores que empujan sus precios al alza, así como a otros que ejercen presión sobre los precios a la baja.
Actualmente, las tensiones geopolíticas actuales y las preocupaciones de que Estados Unidos podría entrar en una recesión han ayudado a sostener los precios del oro por encima del nivel de 1.900 dólares. Además, la demanda acumulada por el brote de COVID-19 en algunos mercados importantes también es un factor que impulsa el aumento de los precios del oro.
Recientemente, la inflación en Estados Unidos ha mostrado signos de disminución. Esto también favorece los precios del oro, ya que reduce las expectativas sobre las tasas de interés futuras, lo que hace que el metal sea más atractivo para los inversores.
Los “vientos en contra”
A pesar de los factores de apoyo mencionados, los precios del oro aún enfrentan algunos obstáculos. El dólar estadounidense se ha debilitado desde sus máximos del segundo semestre de 2022, pero sigue en una posición fuerte. Un dólar fuerte es una mala noticia para el oro porque hace que sea más caro mantener el metal. Los precios de los metales están denominados en dólares estadounidenses, lo que puede afectar la demanda del exterior. Como resultado, cuando el dólar se fortalece, los precios del oro tienden a caer.
Las perspectivas para el dólar se consideran impredecibles y dependen en gran medida de si la economía estadounidense entra en recesión, de qué tan rápido cae la inflación y de lo que haga la Reserva Federal.
Las tasas de interés también son un factor que tiene una relación inversa con los precios del oro. Como las tasas de interés se mantienen altas –y posiblemente incluso aumenten–, los bonos y las inversiones de renta fija son una alternativa atractiva al oro. Si el ciclo de subida de tipos termina, el oro seguirá beneficiándose.
Sin embargo, recientemente, el presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Jerome Powell, expresó su preocupación de que la inestabilidad global afectaría la campaña antiinflacionaria de la FED. También dejó abierta la posibilidad de subir los tipos de interés en el futuro próximo, porque la decisión del Comité Federal de Mercado Abierto depende de la situación real. Si la Reserva Federal continúa ajustando su política, el mercado del oro enfrentará presiones.
Según el Consejo Mundial del Oro, 2022 es el año más fuerte en cuanto a consumo de oro en más de una década. Esta tendencia se revirtió en 2023, cuando la demanda de oro en el primer trimestre cayó un 13% interanual. Las continuas compras por parte de los bancos centrales de todo el mundo no son suficientes para compensar la demanda.
De cara al futuro, las perspectivas para el oro siguen siendo bastante equilibradas. Los precios del oro han aumentado un 5,4% en el primer semestre de este año. El fin del ciclo de ajuste de tasas de la Fed y un dólar más débil también son favorables. La crisis económica también impulsará los precios del oro al alza debido a su impacto. Sin embargo, si la economía estadounidense y el mundo en general continúan mostrando una rápida resiliencia, los precios del oro podrían verse afectados.
Los analistas predicen que los precios del oro seguirán viéndose afectados por muchos factores. El mercado necesita prepararse para situaciones inesperadas.
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