El 29 de diciembre, el presidente estadounidense, Joe Biden, comentó que el último ataque con misiles de Rusia a Ucrania fue "un claro recordatorio al mundo de que los objetivos del presidente Putin siguen siendo inalterados".
Comentarios de Estados Unidos sobre el último ataque con misiles de Rusia en Ucrania. (Fuente: Getty Images) |
Ese mismo día, el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, dijo que el ejército ruso disparó alrededor de 110 misiles en uno de los mayores ataques aéreos contra Ucrania y la mayoría de ellos fueron derribados.
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Turk, condenó la ola de ataques rusos en Ucrania el 29 de diciembre y pidió a Moscú que pusiera fin a los ataques “inmediatamente”.
* El portavoz de la Fuerza Aérea de Ucrania, Yuriy Ignat, informó que Moscú disparó más de 300 misiles Kh-22 durante la operación militar especial y las Fuerzas Armadas de Ucrania (FAU) no derribaron ninguno de ellos.
Según Ignat, el misil Kh-22 alcanza una velocidad de más de 4.000 km/h y es disparado hacia el objetivo siguiendo una trayectoria balística, lo que hace extremadamente difícil su interceptación.
Para interceptar eficazmente estos misiles, se necesitan sistemas de misiles de defensa aérea occidentales como Patriot o SAMP/T.
El señor Ignat también mencionó la existencia de una versión mejorada del misil Kh-22, el misil Kh-32, que cree que también puede haber sido utilizado en los recientes ataques.
En otro desarrollo, el Ministerio de Defensa de Rusia anunció que hubo 50 ataques grupales y un ataque concentrado con armas de precisión y vehículos aéreos no tripulados (UAV) en territorio ucraniano la semana pasada.
En concreto, se llevó a cabo un ataque combinado con misiles de crucero y vehículos aéreos no tripulados contra las instalaciones militares de la VSU. Se informaron explosiones en las principales ciudades de Ucrania, incluidas Kiev, Járkov, Lvov, Dnieper y Odessa, y la Fuerza Aérea Ucraniana describió el ataque como sin precedentes.
* También el 29 de diciembre, el periódico Süddeutsche Zeitung citó al mayor general del ejército alemán Christian Freuding diciendo que aproximadamente la mitad de los tanques Leopard-2 transferidos a Ucrania habían dejado de funcionar.
Según el general Freuding, esto se debió en parte al hecho de que los soldados de la VSU intentaron reemplazar piezas de los tanques alemanes por sí mismos. Sin embargo, debido a la falta de experiencia, los soldados ucranianos inutilizaron accidentalmente algunos tanques.
"Hace un año se hablaba mucho sobre el suministro de carros de combate. Ahora hay información de que casi la mitad de los 18 carros de combate Leopard-2 suministrados por Alemania han dejado de funcionar, en parte debido a una sustitución inadecuada de piezas", afirma Freuding.
Según las normas operativas alemanas, el ejército ucraniano no debería reparar los tanques por sí mismo, ya que esto provoca un mayor desgaste.
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