Pero la salud de Michael Cramer empeoró rápidamente. Fue al médico y descubrió que tenía linfoma de Hodgkin, un tipo de cáncer de sangre, según el Mirror .
Su padre, Patrice Cramer, de 61 años, también murió de leucemia hace cuatro años.
Michael Cramer experimentó por primera vez síntomas parecidos a los de la gripe, fatiga y pérdida de apetito.
Después de 3 meses de quimioterapia, la condición de Michael mejoró.
El periódico The Express (Reino Unido) también informó recientemente que una niña había tenido síntomas parecidos a los de la gripe durante meses y se sorprendió cuando fue al médico y descubrió que tenía leucemia.
La australiana Olivia Jennings, de 20 años, tenía fiebre, escalofríos... y pensó que tenía gripe. Pero cuando los síntomas persistieron y progresaron, fue entonces cuando acudió a un médico.
El médico inicialmente le diagnosticó una infección del tracto urinario. Pero tenía una tos que no desaparecía.
Olivia decidió entonces ir nuevamente al hospital. En ese momento el médico la mandó a hacer una ecografía y una tomografía computarizada. Después de una semana de más pruebas y una biopsia, a Olivia le diagnosticaron linfoma de Hodgkin en etapa 3, según Express .
El paciente será más susceptible a los resfriados y tardará más en recuperarse, puede presentar fiebre alta y sudores nocturnos.
¿Qué es el linfoma de Hodgkin?
Cancer Research UK explica: El linfoma de Hodgkin es un tipo de cáncer de sangre que comienza en los glóbulos blancos llamados linfocitos. Esta enfermedad hace que el cuerpo produzca linfocitos que crecen sin control, lo que dificulta la lucha contra las infecciones. Por lo tanto, el paciente será susceptible a los resfriados, tardará más en recuperarse y puede presentar fiebre y sudores nocturnos.
Síntomas del linfoma de Hodgkin
Los síntomas son causados por ganglios linfáticos inflamados que presionan órganos cercanos. Pueden causar tos, dificultad para respirar, sibilancias, dolor o hinchazón abdominal, hinchazón de la cara y los ojos, dolor nervioso e hinchazón de las piernas.
Fiebre persistente, intermitente, durante 14 días consecutivos o más. La fiebre suele presentarse dos veces al día y rara vez supera los 39 grados centígrados.
Dolor en los ganglios linfáticos o dolor de estómago después de beber alcohol.
Sudores nocturnos y escalofríos que duran 14 o más días consecutivos.
Pérdida de peso no intencionada (más del 10% en 6 meses).
Dolor de huesos.
Infecciones frecuentes.
Picazón intensa, según el sitio médico WebMD .
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