El 24 de julio, el subsecretario del Gabinete, Yoshihiko Isozaki, anunció que Tokio apoya firmemente la ampliación del número de partes en la Convención sobre Municiones en Racimo (CMR), tras el ataque en Ucrania.
Las bombas de racimo, diseñadas para dispersar grandes cantidades de submuniciones en una amplia zona, han sido prohibidas por muchos países debido al riesgo de que las bombas sin explotar causen víctimas civiles.
En 2008, 123 países firmaron la Convención de Oslo de 2008, una convención internacional que prohíbe la producción, el almacenamiento, el comercio y el uso de estas armas. Sin embargo, Estados Unidos, Rusia, Ucrania, China, India, Pakistán, Israel y Corea del Sur no lo han firmado.
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