(CLO) Japón se enfrenta a un grave desafío demográfico debido a que su población ha disminuido durante 15 años consecutivos, con un mínimo histórico de sólo 730.000 nacimientos el año pasado, mientras que el número de muertes alcanzó un máximo histórico de 1,58 millones.
La población de Japón ronda actualmente los 125 millones, pero las proyecciones sugieren que podría caer a sólo 87 millones en 2070. La tasa de natalidad ha caído ahora a un mínimo histórico de 1,2 nacimientos por mujer, muy por debajo de la tasa necesaria de 2,1. Por otra parte, se espera que la proporción de personas mayores de 65 años represente entre el 30 y el 40 por ciento de la población en 2070.
El descenso de la población está teniendo graves consecuencias y los responsables políticos japoneses advierten que el país sólo tiene hasta 2030 para revertir la tendencia.
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La crisis demográfica de Japón no es sólo un problema para el país en sí, sino también una advertencia para los países del este asiático, entre ellos Corea del Sur y China, que también se enfrentan a una caída en picado de las tasas de natalidad y al envejecimiento de sus fuerzas de trabajo.
Los analistas subrayan que para resolver este problema no sólo es necesario una política de población, sino también un cambio de mentalidad sobre el papel de la familia y del lugar de trabajo.
El gobierno japonés ha tomado muchas medidas para abordar esta crisis. El gobierno ha destinado 5,3 billones de yenes (unos 34.000 millones de dólares) a programas de apoyo a familias jóvenes, con el objetivo de ayudar a aliviar las presiones financieras y sociales.
Durante los próximos tres años, se gastarán 3,6 billones de yenes adicionales al año en subsidios para niños y en un mayor apoyo al cuidado y la educación infantil. Los funcionarios esperan que estas medidas ayuden a convencer a las parejas de que formar una familia no es una decisión financiera riesgosa.
Además, Japón también comenzó a relajar su política de inmigración. Para satisfacer las necesidades laborales en industrias como el cuidado de ancianos y la agricultura, el gobierno ha introducido regulaciones de visas más flexibles, permitiendo a los trabajadores extranjeros quedarse más tiempo y cambiar de trabajo. El objetivo es triplicar el número de trabajadores extranjeros para 2040, mientras la fuerza laboral nacional continúa disminuyendo.
Sin embargo, las cuestiones culturales y sociales siguen siendo desafíos importantes. Uno de los factores clave que hace que las mujeres japonesas duden en formar una familia es la cultura laboral estresante y la falta de apoyo adecuado a los padres, especialmente para equilibrar el trabajo y la familia.
El gobierno japonés ha comenzado a probar una semana laboral de cuatro días para más de 160.000 empleados estatales y medidas flexibles para padres con niños pequeños. Sin embargo, analistas como Ekaterina Hertog, profesora asociada del Oxford Internet Institute, sostienen que el cambio real sólo llegará cuando los hombres asuman una mayor responsabilidad en la crianza de los hijos. En la actualidad, sólo más del 3% de los hombres toman licencia parental, una cifra baja en comparación con las necesidades reales.
Además, la tasa de matrimonio también está disminuyendo en Japón. El año pasado, el número de personas que se casaron cayó por debajo del medio millón por primera vez en 90 años. Los investigadores sugieren que el problema está relacionado con las normas sociales y económicas, especialmente los roles de género en la familia.
Las expectativas tradicionales de los hombres como sustentadores de la familia y factores económicos como los bajos ingresos han aumentado la tendencia de los hombres a retrasar o rechazar el matrimonio. Estos factores siguen influyendo fuertemente en la decisión de casarse y tener hijos en Japón.
Ngoc Anh (según Newsweek, ET)
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Fuente: https://www.congluan.vn/ke-hoach-nam-2025-cua-nhat-ban-nham-giai-quyet-khung-hoang-dan-so-post328665.html
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