Junto a las opiniones sobre los partos en casa y la autocuración, el movimiento antivacunación también ha crecido con fuerza, especialmente después de que estallara la pandemia de Covid-19.
Junto a las opiniones sobre los partos en casa y la autocuración, el movimiento antivacunación también ha crecido con fuerza, especialmente después de que estallara la pandemia de Covid-19.
A lo largo de los años, el movimiento de vida natural ha atraído a muchas personas, especialmente a aquellos que creen que el cuerpo humano tiene la capacidad de curarse a sí mismo sin necesidad de medicamentos o intervención médica. Sin embargo, una variante peligrosa de esta tendencia es el rechazo extremo a las vacunas y la difusión de conocimientos médicos falsos en la comunidad.
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Algunas personas han dado la espalda a la vacunación. Aunque están bien establecidos los beneficios de las vacunas para salvar millones de vidas y prevenir pandemias, muchas personas siguen difundiendo información errónea y culpando a las vacunas de enfermedades no relacionadas, como accidentes cerebrovasculares o enfermedades estacionales.
Esta tendencia no sólo afecta a los adultos, sino también a los niños y a las mujeres embarazadas. Un ejemplo típico es la historia de una madre en una comunidad de vida natural que "se jactaba" de que su hijo estaba muy sano porque no le inyectaba ninguna vacuna.
Aunque esta visión carece de base científica, todavía recibe el apoyo de un gran número de padres, lo que provoca un descenso en la vacunación infantil.
Las personas antivacunas creen que las vacunas pueden dañar el cuerpo, debilitar la inmunidad natural o incluso causar problemas como autismo e infertilidad. Estas opiniones están cada vez más difundidas, no sólo de fuentes no oficiales sino también de personas influyentes de la sociedad.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el movimiento antivacunación es una de las principales amenazas para la salud mundial. La falta de vacunación puede provocar brotes de enfermedades infecciosas peligrosas, que amenazan no sólo la salud individual sino que también afectan a la comunidad.
En Vietnam, la tasa de vacunación actual aún no ha alcanzado el nivel esperado. En 2024, la tasa de vacunación no ha alcanzado el plan del Ministerio de Salud y epidemias como el sarampión, la tos ferina y la difteria muestran signos de aumento. Esto demuestra que si no se mantienen altas tasas de vacunación, el riesgo de que se produzcan brotes de enfermedades es muy alto.
El Sr. Tran Dac Phu, ex director del Departamento de Medicina Preventiva del Ministerio de Salud, expresó su preocupación por el hecho de que cada vez que ocurre un accidente posterior a la vacunación, el movimiento "antivacunas" tiene la oportunidad de estallar, afectando el trabajo de vacunación.
De hecho, el resurgimiento de enfermedades que se creían bajo control, como el sarampión, la difteria, la tos ferina, la hepatitis B, etc., es la evidencia más clara del impacto de negarse a vacunarse.
En los países occidentales, enfermedades como la encefalitis y la varicela también han cobrado la vida de muchos niños simplemente porque los padres se negaron a vacunar a sus hijos.
Aunque no se puede garantizar que las vacunas sean 100% seguras, siguen siendo uno de los mayores logros científicos de la humanidad, ayudando a salvar millones de vidas y prevenir brotes de enfermedades infecciosas.
Los estudios han demostrado que entre el 85 y el 95% de las personas vacunadas desarrollarán inmunidad específica contra enfermedades infecciosas peligrosas como la gripe, el sarampión, la difteria, la tos ferina... La vacunación no sólo protege a los individuos, sino que también ayuda a proteger a la comunidad, previniendo la propagación de enfermedades.
Según la OMS, la vacunación ayuda a prevenir entre 3,5 y 5 millones de muertes cada año. La vacuna contra la polio ha ayudado a salvar más de 20 millones de vidas de parálisis permanente, mientras que la vacuna contra el sarampión ha ayudado a prevenir casi 94 millones de muertes en los últimos 50 años.
En el contexto de una epidemia cada vez más complicada e impredecible, la vacunación no es sólo un derecho personal, sino también una obligación para con la sociedad.
La vacunación ayuda a mantener la inmunidad colectiva, protegiendo a los grupos vulnerables como los niños, los ancianos y las personas con sistemas inmunitarios debilitados.
Aunque algunas personas están preocupadas por los efectos secundarios de la vacuna, la mayoría de las reacciones son temporales, como fiebre leve o hinchazón en el lugar de la inyección. Las reacciones graves son raras y no deben utilizarse como razón para negar los grandes beneficios de las vacunas en la prevención de enfermedades.
La Dra. Le Thi Kim Hoa, consultora de vacunación del Sistema de vacunación Safpo/Potec, dijo que las vacunas no son solo una herramienta médica sino también una medida para proteger la salud pública. Ser antivacunas en el contexto actual no sólo es perjudicial para uno mismo, sino también peligroso para quienes nos rodean.
Según la médica, negarse a vacunarse no sólo pone al individuo en riesgo de enfermarse, sino que también debilita el sistema inmunológico de la comunidad. Especialmente aquellos que no pueden vacunarse por razones médicas, necesitan protección indirecta de comunidades con altas tasas de vacunación.
El Dr. Michael Ryan, director del Programa de Emergencias de la OMS y experto en salud internacional, dijo una vez que las vacunas han ayudado a la humanidad a vencer muchas epidemias peligrosas.
Quienes no se vacunan no sólo se perjudican a sí mismos, sino que también suponen una amenaza para la comunidad en general, especialmente para las personas vulnerables.
Fuente: https://baodautu.vn/he-qua-nguy-hiem-cua-viec-bai-tru-vac-xin-d237275.html
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